𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐓𝐈 (𝖫𝗎𝗂𝗆𝖾𝗅𝗂𝖺)

Capítulo 29. Prométeme

La música era ensordecedora, estaba apoyando a las chicas entregando las bebidas. Estaba furiosa, nerviosa y a la vez impactada.

Hace días no me di cuenta de lo que sucedía en este lugar, pero ahora todo había cambiado. De repente siento como me jalan del brazo. Era Carolina

- ¡Ven aquí! – Me dijo llevándome a un rincón

- ¡Ya suéltame joder! – Le dije tratado de arrebatarme de su agarre

- Escúchame bien Amelia – Dijo señalándome con el dedo – No quiero volverte a escuchar llamándola, aquí en este lugar ya no es ni "tu amor" "ni cariño" ni nada de esas mierdas

- No se lo he dicho frente a otras personas

- Tampoco puedes pronunciar su nombre en este lugar, ¿sabes el peligro a la cual le expones?

- No se a qué te refieres – Dije poniéndome de brazos cruzados y desviando la mirada

- Mira morena, hazte la estúpida y todo lo que quieras, pero no puedes negar lo que han visto tus ojos

Me quedé tiesa, cerré los puños con fuerza

- Este no es un antro normal y ya te has dado cuenta. Así que deja de lloriquear porque si alguien se entera el nombre de la persona que dirige este lugar, puede terminar en la cárcel. ¿Quieres meterla en una celda y no verla durante años, eso quieres?

- ¡Claro que no!

- ¿Entonces cómo le vas a llamar?

Me quedé callada

- Dilo joder

- S.

- Listo – Dijo en una sonrisa déspota – ahora eres una de nosotras

-----------------

Me agarró del brazo y me tumbó sobre la cama colocándose encima mío

- ¡Estoy molesta! – Le grité

- Pues así me encantas más – Dijo mientras succionaba toscamente mi cuello

La empujé y logré tumbarla de la cama

- ¡No quiero!

- ¿Qué mierda te sucede ahora?

- ¡Me has mentido! Ahora me da asco estar viviendo en este lugar

Se sentó sobre la cama, con su mano elevó su cabello y lo colocó hacia un lado. Miró hacia el techo y dio un respiro hondo hasta que habló

- Amelia, conmigo a tu lado, nunca te va a faltar nada – El sonido de su voz cambió y parecía apenada – ¡Nunca te ha faltado nada!

- ¿Por qué haces esto? – Le preguntaba en tono repulsivo

- He querido dejar este lugar hace mucho tiempo – Dijo seria – Por eso me fui de aquí un tiempo y lo agradezco porque fue ahí donde te conocí

- ¿Has vuelto a pensar en dejarlo?

- Si, y cuando lo haga te llevaré conmigo

El rencor que se había formado en mí empezaba a desaparecer

- ¿Yo soy como ellas?

- Por supuesto que no amor – Me dijo tomándome de las mejillas – ¡Yo nunca te he pedido que bajes!