Me Enamoré De Ti | Sangwoo y Tú I

Capitulo 4.

Despertaste poco después de haberte desmayado ya que Sangwoo siguió torturandote con la herida en la pierna, estabas muy mareada y sin mucha energía. Sentías que ya estabas en tus últimos días de vida, sin embargo la muerte nunca que llegaba.

Miraste tu pierna y estaba fatal.

- demonios.

La piel de esa zona ya se veía algo morada y la sangre estaba seca al rededor de ella, te dolía mucho como para poder moverla pero te querías alejar un poco de la sábana blanca que tenías al lado ya que apestaba. Con dificultad te arrastraste hasta alejarte solo un poco pero al girar tu rostro viste como la sábana blanca comenzaba a moverse, te pusiste un poco nerviosa y solo pensabas si ese cuerpo se había convertido en un zombie o algo.

- ¡Sa-Sa-Sangwoo!

La sábana comenzó a moverse, unas manos salieron de ella y con esas mismas se quitó la manta que lo cubría, dejando ver a un chico con algunas moretones y sangrados.

X: por favor, no hagas ruido o nos matara a ambos.

No supiste que decirle ya que él estuvo desmayado desde hace varios días y de la nada había despertado.

X: ayúdame a salir de aquí, te lo suplicó.

- ¿no ves que estamos en la misma situación?

X: ayúdame a desatarme, te lo suplico [dijo con lágrimas en sus ojos]

- ¿puedes venir a dónde estoy?

Este solo comenzó arrastrarse por toda la habitación hasta que llego a ti, ambos se miraron y tragaron fuerte al escuchar pasos arriba de ustedes.

- es él.

X: no, no, no... Ha regresado.

- cállate o nos escu...

Te quedaste callada al escuchar unos tacones.

X: n-no le basta traer a una.

- ¿de qué hablas?

X: él siempre trae mujeres... Son sus próximas victimas. Normalmente él las trae para conocerlas y hacer sus cosas de sexo con ella, luego las empieza a buscar y cuando lo logra... Las trae acá.

- ¿te hizo lo mismo?

X: ni siquiera lo conozco.

- ¿entonces... Te trajo sin un motivo?

Él asintió. Viste como se colocó atrás de ti de espaldas y pudiste sentir una de sus manos.

X: nos ayudaremos a salir de aquí. Con esa herida no puedes caminar sola.

Sin decir más comenzaste a querer desatarle las manos pero después de muchos intentos, no pudiste lograrlo. Él intento hacerlo con tus muñecas pero tampoco lo logró, era inútil.

X: Dios mío no quiero morir aquí [comenzó a llorar]

- tranquilo... Debemos buscar otra solución. Creo que Sangwoo tiene algunas cosas cortantes en aquella mesa de allá.

El chico giró su rostro para mirar la mesa.

X: esas cosas... Las usa para hacernos daño.

- lo sé, pero solo con eso vamos a poder desatarnos.

Se levantó con dificultad y fue hasta la mesa pero no había nada con lo que pudieran cortar las sogas. Él negó repetidas veces y lograste ver desesperación en su rostro, iba a comenzar a llorar otra vez cuando le hablaste.

- ven acá.

Fue contigo y se colocó de rodillas.

- ¿cuántos años tienes?