Landon caminaba por la calle, mientras consultaba el móvil de manera natural. Reconoció fácilmente el lugar. Ya había pasado muchas veces por el mismo sitio. Apoyó ambas manos en el cristal de la cafetería. Allí estaba el chico rubio, sentado en un mesa, removiendo el café con la cucharilla de forma desganada. Conocía sus horarios y a dónde iba cuando quería estar solo, no era una sorpresa.
Dentro del local, el chico conversaba de manera animada con alguien a través del teléfono. A su alrededor, la gente se giraba a mirar hasta que él, cohibido, decidió poner fin a la situación.
—¡No me llames! —Al instante, se sonrojó y bajó la voz—. Ya te dije lo que pienso y no voy a cambiar de opinión.
No tardó en salir del local, que sonó con una campanita. Landon le siguió por la calle, amoldándome a sus pasos a una distancia prudente. No podía permitirse que le descubriera tan pronto.
El teléfono del chico volvió a sonar. Él lo cogió, con un gesto de hartazgo.
—¡Ya te he dicho que no me llames! ¡¿Cuántas veces más lo voy a tener que repetir?! —Escuchó en silencio la voz metálica que provenía del altavoz—. No... Yo... No soy ningún tipo de prostituta.
Dio unos pasos más, sujeto al teléfono, cuando se congeló de repente en el sitio. Desde su posición, Landon no podía apreciar su rostro, pero estaba seguro de que se había quedado lívido. Sabía muy bien de qué trataba aquella llamada telefónica.
—¿Cómo dices? ¿Cuánto exactamente?
Landon sonrió. A partir de ese punto ya no había vuelta atrás. La telaraña ya estaba tejida, y Caden solo era un insecto atrapado en ella.
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Stalk me daddy (+18 YAOI HARD LEMON SMUT)
Random-¡¿Q-qué vas a hacer con eso?! Landon esbozó una media sonrisa, acariciando una fusta de cuero negro. -Solo cierra tu linda boquita, ya la usarás más tarde para otras cosas...
