•SEIS•

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JÚPITER

Soy el primero en levantarme de la mesa cuando ya la cena ha terminado. La comandante y Nashira me han preguntado sobre Amnesia, y les he mentido diciendo que le dolía la cabeza y decidió ir a dormir. Y espero que de verdad esa sea la razón, porque odio las mentiras.

Para ser más claro,odio todas esas cosas que no están bajo mi control,y que pueden girarse a afectarme y Amnesia rápidamente, se unió a esas cosas.

Subo las escaleras de la cabaña y corro por el pasillo que da a su habitación, por suerte, todos se han quedado hablando en el comedor, así evito preocuparme porque los chicos suban ahora y noten que no tengo ni la mínima idea de donde se ha metido esa chica.

Si la comandante se entera de esto, estoy seguro de que mi castigo será doloroso. Todo aquí se rige por normas y costumbres muy rígidas, y a veces no suele haber consecuencias si las pasas por alto, porque solo son eso normas. Pero las reglas. Las reglas son uno de los pilares más fuerte que nos mantienen seguros y ocultos en este lugar, y si las rompemos, el castigo es...

Aparto de inmediato esas ideas de mi cabeza.

Intento abrir su puerta, pero está cerrada por dentro.

— ¡Hey! —La llamo al tocar la puerta— ¡Abre! ¡Amnesia, joder, sal ya! — recuerdo lo que sucedió esta mañana y luego como la deje sola en la cocina. Tal vez solo no quiera verme y se ha quedado dormida. Y esta mañana vi lo difícil que es despertarla. Toco nuevamente, esta vez con un poco más de desespero. Pero no escucho nada, ni siquiera un 'Largo' de su parte— ¡Amnesia!

Nada.

—Verdammt—murmuro.

Me aparto un poco y pateo la puerta con fuerza. Más tarde me preocupare por arreglarla, o pedirle a alguien que lo haga, una de las habilidades –o más bien un talento oculto- de Cosmos, es arreglar las cosas que dañamos los impulsivos. Esta se abre de inmediato para que yo alcance a ver la oscuridad de la habitación, entro solo para verificar que no está. Su cama esta como la deje esta mañana, solo que tiene una ropa que de seguro Nashira le ha dado. La camisa y el jeans de hoy están en la cesta de ropa sucia, y la puerta del baño está abierta, pero tampoco hay nadie.

¿Dónde se ha metido?

Esta mañana le mostré los lugares, pero ninguno pareció interesarle. Hasta aseguro que no los recordaría todos. Pero, ¿y si recordó?

Cierro como puedo la puerta y bajo para ir a la cocina. Pero solo alcanzo a ver a Venus hacerse un té. Desaparezco de allí antes de ella me vea y me entretenga con sus cursilerías que no son cosas propias de la original. Hasta esta mañana juraría que Amnesia solo conocía la cabaña de estadía, el comedor, la cocina y... y el lugar donde despertó: La cabaña de aislamiento.

No la culpo, si tan solo supiera lo que ha pasado en ese lugar durante los últimos años.

Pero ¿Por qué querría ir allí? Ella menciono que ese lugar le parecía molesto y algo de allí le daba mala impresión.

Corro para llegar a la cabaña de aislamiento. Maldigo al darme cuenta de que me he cansado por la distancia y ese es un buen recordatorio que me dice que debo hacer más ejercicio, esta es la cabaña que está más lejos de las otras, así nos aseguramos de que lo que pase aquí no estorbe nuestras vidas cotidianas.

Espero haber llegado antes de que ella cometa un error.

¿Y qué tal si ya recordó? ¿Y si ahora quiere acabar con lo empezó?

No, no, no.

Ella no puede hacer eso. No debe hacerlo.

El guardia que cubre la puerta me mira extrañado cuando lo hago a un lado para subir las escaleras, pero no tengo tiempo para darle explicaciones.

AMNESIA © [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora