Gemelos

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La hermosa vida de aquella familia era buena, la esposa trabajaba en la academia de señoritas Beaxbatons y el esposo en un importante laboratorio de pociones medicinales.

Habían pasado 7 años desde el nacimiento de los gemelos, y luego de dos años Hermione dio a luz a una hermosa niña llamada Isabella. Alan y Erik Snape eran muy traviesos, pero muy diferentes a la vez, el más reservado y tal vez un poco arrogante era Alan, el estaba más apegado a su padre Severus Snape. Erik por su parte era un niño muy alegre y era el más travieso de los dos. Un día en el que Severus descanso del trabajo, se quedó a cargo de sus hijos, siempre se quedaban en casa de Luna y Draco, y en la tarde la castaña iba por ellos, pero ese día Severus se ofreció a cuidarlos. Ese día jamás lo olvidaría Severus snape, había sido un día agotador,los gemelos idénticos de cabello negro y ojos marrones, habían hecho de las suyas en el desayuno, habían tirado cereal por toda la cocina y vertido la leche por todo el piso de la sala haciendo resbalar a su padre. El pocionista estaba tan furioso que puso a limpiar a los gemelos todo el tiradero ocasionado. Obviamente los niños lo hicieron a regañadientes, estaban muy cansados al terminar y muy enojados, llevaban la sangre Snape en las venas y planearon una venganza, así que sigilosamente mientras su padre bebía café con el profeta vespertino en las manos, se introdujeron en el laboratorio de su padre y rebuscaron algo para hacer pagar a su padre por haberlos hecho trabajar, Erik agarró una botella del armario personal de su padre, mientras Alan vigilaba. Así que después de conseguir su objetivo fueron a donde su padre, que yacía completamente dormido y le echaron varias gotas de dicha poción al café de Severus.

-¿Y si lo matamos?, no sabemos el efecto de la poción- dijo Erik muy preocupado.

-¿Querías vengarte o no? Vamos a nuestra habitación antes que nos descubran. Mamá debe estar por llegar- Ordenó Alan.

Ambos chicos subieron las escaleras a su habitación, y se ducharon, para hacerse los inocentes cuando su madre llegará. Cuando Hermione llegó con la pequeña Isabella dormida entre sus brazos, lo primero que vio fue a su marido completamente dormido, rodó los ojos.

-Alan, Erik, niños ya llegue- llamó hermione- subió a la pequeña a su habitación.

Mientras Severus despertaba algo confundido, vio su café intacto sobre la mesita y se lo bebió de un trago, subió a la habitación matrimonial y vio a Hermione saliendo del cuarto de los gemelos.

-Hola amor,¿como estuvo tu día?- susurró Snape al oído de su mujer, ella le sonrió y le dio un tierno beso a su esposo en los labios.

-Muy bien, la niña se portó de maravilla. ¿Que tal los gemelos? -pregunto la castaña,Severus le contó el desastre que hicieron en la cocina,y el castigo que les puso, Hermione se molestó ante ese hecho.

-Severus son sólo niños, no puedes castigarlos de esa manera. Veo que un par de elfos domésticos los cuidan mejor que tu. Los vieras ahora dormidos como angelitos- replicó la castaña,Severus soltó un bufido.

-Dudo que ese par estén dormidos, buenas noches-Siseo Severus. La castaña miro incrédula a su marido, no podía creer la poca paciencia que tenía a un par de niños inocentes. Se dio una ducha y luego de ponerse una linda y sexi pijama, salió del baño. Severus fingia leer un libro, pero al ver así a su mujer se olvidó de toda molestia, la atrajo hacia el,la beso como siempre y como nunca,y la hizo suya una y otra vez,terminaron uno en brazos del otro completamente dormidos.

A la mañana siguiente Severus entró al baño para alistarse para irse al trabajo,y cuando vio su reflejo en el espejo soltó un grito áspero,por que el espejo no le devolvió la imagen de un hombre maduro de 46 años sino la de un joven de 30. Bajo con furia al comedor,su familia se encontraba desayunando, cuando ingresó Hermione lo miro con desconcierto y sus hijos con unas ganas inmensas de echarse a reír.

A Francia con un pedazo de tu amorWhere stories live. Discover now