Pulse (Juliantina)

Capítulo 10

-Buenoooos díaaaaas.-

-Buenos días. Aquí tienes, la doctora me pidió que lave esto. Oh y vendré todos los miércoles para recoger tu ropa comenzando desde la próxima semana.- Dijo la señora encargada de la lavandería, mientras le entregaba a Valentina la ropa limpia de Juliana.

-¡Muchísimaaas graciaaaas!- Esa mañana, la ojiazul volvía a brillar, irradiaba luz como de costumbre. Amablemente se despidió de la señora y entró al departamento.

-Le dije que iba a lavar esto... incluso llevará mi ropa. No tenía que hacerlo.- Valentina se sorprendió gratamente de que Juliana se quisiera ocupar de la ropa de ambas. -Supongo que debo guardar esto.- Dijo mientras entraba a la habitación de la morena y guardó su ropa en el closet.

Una vez que terminó su labor, se quedó admirando la habitación. Caminó hacia la cama de Juliana y acarició las sábanas.

Su cama... No duerme mucho en ella.

Soltando un suspiro se dejó caer en ella y se recostó, la nostalgia comenzaba a invadirla.

Han pasado dos días... Debe estar muy ocupada.

Desde que Juliana salió esa noche con Katherine pasaron 2 días sin que regresara al departamento, Valentina trataba de mantenerse ocupada y no pensar mucho en ella, pero inevitablemente siempre terminaba haciéndolo.

Aquí... donde ella ha dormido...Hay un débil olor de su dulce perfume. Valentina hundió más su cabeza en la almohada de Juliana.

Doctora... La imagen de Juliana estaba en su mente, tan clara, y enseguida pensó en aquel beso, aún recordaba claramente cómo se sintió. Acarició sus labios y bajó lentamente su mano por su cuello y pecho. Comenzó a imaginar cómo sería ser tocada por ella, cómo se sentirán sus manos recorriendo su cintura, bajando a su cadera desnuda, mientras su aliento caliente y húmedo se mezclaba con el de ella, en medio de besos apasionados.

Siguió bajando con su mano, levantó su vestido y acarició su cuerpo, pensando en ella y Juliana desnudas en aquella cama, dejándose llevar por el placer. Recorrió su abdomen, suave y lentamente, hasta bajar al borde de sus bragas.

Estaba a punto de tocar su centro cuando a su mente llegó la imagen de Juliana sobre su cuerpo, mirándola con cariño y sonriendo mientras decía su nombre, Valentina, pero escucharla hizo que saliera de esa nube de excitación en la que estaba y se levantó abruptamente de la cama.

-¡¿MIERDA, QUÉ ESTOY PENSANDO?!- Salió rápidamente de aquella habitación.

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Juliana era un zombie que vagaba por los pasillos del hospital con su café. Sus ojeras y cansancio eran tan evidentes que las personas preferían no acercarse a ella.

-Juliana.

-¿Sí?- La morena giró al escuchar que el Jefe de Cirugía le hablaba. Su rostro demacrado evidenciaba que no había estado durmiendo nada.

-¿Cuánto tiempo has estado aquí? ¿Siquiera has salido del hospital? Siento como si te hubiese visto demasiado por aquí últimamente.

-Dos días, señor.

-Sólo mírate... En este estado preferiría que simplemente vayas a casa y duermas. Ya no eres una interna, Juliana. ¿Por qué insistes en actuar como una?

-Pero...

-Esta es una orden. No trates de discutir conmigo. Vete y descansa hasta que te repongas. No quiero verte por aquí en los siguientes dos días. ¿He sido claro?