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•Tizi•

-y eso?- pregunto sorprendido con una sonrisa hermosa luego del besito que le había dado

-y bueno es que estábamos muy cerca y tenes una jeta enorme, quien pudiera- le sonreí

-Mira que te puedo acercar de nuevo- sonrío atrayéndome hacia él

-nos van a echar de la sala Mateo- reí

-qué linda que sos Tiziana- soltó él remarcando mi nombre y encajándome un pico rápido para después pararse

Agarramos nuestras cosas y salimos de la sala para encaminarnos en busca de una heladería.

En el camino veníamos hablando de temas variados y también unos cuantos pibes y pibas le pidieron fotos.

A veces me olvidaba de que era famoso y tenía millones de seguidores. Es que se tomaba ese aspecto de su vida con tanta tranquilidad y humildad que si no lo escuchabas sonando en la radio ni te percatabas de que estaba pegadisimo.

-bueno... que compro?- le cuestione cruzándome de brazos en frente de la heladería

-queres que compartamos un cuarto?- me sonrío pasando su mano al rededor de mi cintura

-si, por mi si... va dependiendo de que tan de mierda elijan los gustos de helado los porteños...

-pero andaaaa- me sobró mordiéndose el labio

-seguro te gusta la menta granizada- lo analice elevando las cejas

-y si, el mejor gusto del mundo- sonrío guiñándome el ojo

-viste... lo que te dije... gustos de mierda. Para eso lávate los dientes, como te va a gustar la menta aguante el dulce de leche- afirme haciéndome la superada

-el dulce de leche también me gusta peleadora. Me gustan todos los gustos prácticamente, es helado osea...

-bueno que pido entonces- le sonreí dubitativa

-sorpréndeme, voy a buscar una mesa- soltó separándose de mi y yéndose para otro lado

-pero mateo...- reí

-Sorpréndeme- repitió elevando la voz ya que había caminado unos cuantos metros.

Pedí mis tres gustos favoritos Rocher, Dulce de leche granizado y crema oreo una vez que pague y me lo dieron empecé a buscar a Mateo.

Choque mis ojos con los de julian,
los cerré con fuerza y trague saliva. De solo pensar lo que me esperaba se me ponía la piel de gallina y saber que tenía su mirada sobre mi todo el tiempo me sacaba de quicio.

Mateo me saco del trance cuando me empezó a hacer señas y no me quedo otra que disimular e ir hasta donde se encontraba el morocho.

-quedaste en otra galaxia, tan lindo soy?- rio cuando logre llegar hasta donde estaba

-ammm que se hacía- lo sobre

-a ver que pidió la campesina...- sonrío destapando el pote de helado

-cállate gilazo no soy campesina tarado- le respondí indignada

-bueno no te enojes tampoco- rio probando el primer gusto

-te gustan?- pregunte dubitativa empezando a comer

-si rubia ya te dije que le entró a lo que venga- sonrío mandándose otra cucharada

-veo- reí

-veni, vamos- soltó parándose de la nada

-pero... si recién arrancamos a comer...- dije confundida

-vamos a terminarlo en el auto, con música y sin que nos esté mirando tanta gente. Te va?- respondió agarrando el helado

-ahhh bueno, si dale. Mejor- le sonreí

Emprendimos el viaje de regreso al auto peleándonos porque Mateo no me quería dar ni  una cucharada.

-ahora si me vas a dar?- suspire quitándole el pote de las manos una vez dentro del auto

-siempre te doy bombón- sonrío guiñándome el ojo y haciéndose el lindo

-qué pibe tarado- reí pegándole suavemente, el agarró mi brazo y me acerco

-qué piba linda- sonrío achinando los ojos y colocando el brazo que me había agarrado sobre su cuello

Afirme mi mano acariciando suavemente la zona de su tatuaje. Y lo mire directo a los ojos, eran oscuros, medios achinados pero muy profundos, su mirada era penetrante pero a la vez cálida.

-vos también sos lindo- le sonreí

-ya fue el cuentito ese de que somos amigos ¿no?- pregunto mojándose los labios

No dije nada, solo me acerqué y dejé un pequeño beso sobre sus labios que correspondió al instante.

Julian me habia obligado a esto, me había dicho que esta salida si o si tenía que empezar a estar con él como algo más que amigos.

No entendía como podía estar tan enfermo para planear algo así... ademas a pesar de que fuera una "farsa" disfrutaba mucho más los besos de Mateo que los del psicopata de mi "novio"

-te venís a mi casa?- pregunto encajándome unos cuantos picos

-me re gustaría posta, pero tengo clases mañana temprano- solté haciendo puchero

-lpm, posta te tengo que llevar a tu casa a que duermas con el bobolon de tu novio?

-si...- solté apenada- unas ganas de dormir con vos...- le sonreí provocando lo mismo en él

-basta rubia menos ganas de dejarte en tu casa tengo ahora

-en la semana nos vemos

-está bien- sonrío dándome otro beso y arrancando el auto en dirección a mi casa

A medida que se acercaba el momento de llegar a mi casa, mi miedo y mis nervios aumentaban. Sabía que no la iba a pasar nada bien y de solo pensarlo entraba en pánico.

Ojalá esta pesadilla se terminara rápido, porque ya no sabía cuanto tiempo más iba a aguantar...

PermitidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora