👑ODÍN👑

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CAROLINA VIVAS

@Vivas_Caro

La música venía de afuera, o de alrededor

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La música venía de afuera, o de alrededor. La escultural pelirroja le había dado un trago de hidromiel que probablemente lo tenía dopado. Eso, y el aroma a sexo en el aire, lo mantenían con los sentidos nublados.

Las manos de la chica resbalaban por cada parte del cuerpo de él, las suyas también hacían lo propio; tanteando sus pechos, caderas, muslos, lo que estaba húmedo y lo que no, ya ni sabía. Solo era consciente de que salía de un orgasmo y que entraba en otro.

Andaba expuesto, sentía sus poderes adormecidos y odiaba eso.

Cuando logró abrir los ojos, ella le rozó la boca y él giró el cuello para impedir que lo besara, tiró de su brazo haciéndola caer en la cama y sonrió al ver su cara de lujuria; sonrió más cuando la escuchó gemir porque llevó sus dedos a esa zona donde se acrecienta el deseo. Su respiración se agitó, la mujer movía su mano alrededor de su miembro, tentándolo, cada movimiento aumentaba los de él. La escuchó jadear y sus ganas se intensificaron con fuerza.

―Odín...

Se inclinó hacia la chica para comenzar la verdadera faena, acarició su humedad y movió los dedos entre sus pliegues, jugando con ellos, abriéndolos y cerrándolos. Por instinto, la pelirroja se meneó hacia su mano, pero él la apartó con rapidez.

―Odín...

Se le escapó un gruñido y tomó a la mujer por las caderas, le colocó el miembro en la entrada y se adentró con fuerza. Ella gimió y apretó las sabanas, el deseo aumentaba, a pesar de que él había sido demasiado brusco. Trató de besarlo otra vez y él respondió con estocadas profundas, haciendo que se alejara y enloqueciera de placer.

Él cerró los ojos para disfrutar de las sensaciones que iban escapando de su piel. Sonrió al imaginar su rostro, dejándose llevar por las visiones de otro cuerpo bajo el suyo. No había necesidad de que lo dijera en voz alta, ella siempre sería la dueña de todos sus orgasmos.

―Odín...

―¡Maldición! ―exclamó, y aunque no quería, salió del interior de la pelirroja y caminó desnudo hasta la puerta. Allí estaba una mucama esperándolo con su ropa. Detrás de ellos se seguían escuchando los gemidos de la chica, que sin importarle nada había bajado sus manos hasta su centro y se seguía dando placer.

Aun atontado, agachó la boca a la altura del oído de la mucama.

―Ve con ella ―ordenó. No tuvo que repetirlo, la pelinegra se desnudó y se unió a su anterior amante en la cama.

Mientras se vestía las observaba, frotaban sus sexos el uno con el otro mientras se besaban con fervor en la boca. La escena se le asemejó a la de una doncella y una valquiria en su recinto en Asgard. Y es que cuando él pensaba en sexo, en sexo gozoso y sin tabú, solía recordar el lugar donde vivía, o la ciudad que gobernaba en el Valhalla. Y sobre todo, pensaba en una mujer muy femenina que le había enseñado en sueños un placer que jamás encontraría en otra. Y no hablo solo de placer sexual, sino del placer de amar; ese que para disfrutarlo hacen falta dos y que viene bien cuando es correspondido. Solo a ella empotraría todas las noches y le rezaría de rodillas. La necesitaba, le urgía saber quién era.

Seducción Inmortal ©Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang