Impure ≠ NamGi / TwoShot.

Primera Parte.

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Yoongi salía de su casa, la noche anterior no había podido dormir bien, su insomnio no lo dejaba.

—Te maldigo Namjoon, un día de estos te voy a partir el culo—dijo para sus adentros.

Sus pasos sonaban por el suelo gracias a los zapatos elegantes que portaba. No por nada era popular.

Pero, sobresalía aún más por qué no era como un popular normal, no, para nada.

Tenía una buena vida, tenía dinero, una gran familia, una buena "amistad", una gran casa e iba a la escuela a la que él quería al igual que estudiaba lo que él quería.

Diseño de interiores.

Y aún teniendo todo eso y la vida resuelta, era demasiado sencillo, un poco frío y poco demostrativo en cuanto a sentimientos, pero si alguien necesitaban de su ayuda no dudaba en aceptar.

Sin embargo había algo que no le gustaba que le dijeran ni le propusieran. Y eso constaba de que los nuevos, al saber que era él popular, lo asimilaban con que era el típico facilote que se metía con medio mundo y salía a fiestas solo para pasar un buen rato con alguien.

De cierta manera por eso detestaba pasar año y tener que soportar a los nuevos, era una rutina que detestaba, sin embargo, era su último año y estaba más que feliz.

Pero, eso no quita a su mal humor, todas las cosas que llegaban a molestarlo estaban pasando.

—Año nuevo, alumnos nuevos, cartas nuevas, Namjoon no me dejó dormir y tengo trabajo que hacer con los lideres de todos los grupos, dime dios, ¿harás que la directora me llame para mostrarles el instituto a los de nuevo ingreso como el año pasado?—miro al cielo y rogó por qué no pasara.

No se creía nadie hermoso o atractivo, se veía como un chico normal, pero comenzaba a creer que tenía un no se que, que llamaba la atención tan sólo con verlo.

—Yobi!—escucho a sus espaldas y gruñó.

—Namie—sonrió, a pesar de querer partir el bello rostro de su "amigo" no podía hacerle daño, su mente y corazón no le dejaban.

—Buenos días bello durmiente, ¿como amaneció mi hermoso sol?—se acercó a él y pasó su brazo por sus hombros, el acercamiento físico que siempre tenían ya era costumbre hasta en la escuela, por eso nadie sospechaba nada.

—Si te soy sincero, muy mal, tengo miedo de llegar a el instituto, tengo un mal presentimiento—torció su boca, la compañía de su compañero le subía el ánimo siempre.

—¿Por los de nuevo ingreso?—alzó una ceja y sonrió de lado, tratando de comprender, sin embargo, no sabía que sentía su "amigo" cada que llegaban los de nuevo ingreso, él solo se ocupaba de repartir volantes para que los nuevos se integrarán al equipo de basquet al que pertenecía, nada más, como buen capitán que era.

—Claro que es por eso, todos los años es lo mismo, no tienes idea del pánico que me da, no sé cómo puedes estar todo el día repartiendo volantes siendo el centro de atención—suspiro y recargo su cabeza en el hombro del otro.

—Bueno—sintió su cara calentita, se había sonrojado, de esa manera se veía tan puro e inocente—creo que te acostumbras, en los partidos tengo más de unos pares de ojos sobre mi, creo que es por eso, sin embargo—miro al frente y se detuvieron en un semaforo que se había puesto en rojo—tu haces todo lo posible por evitar que mantengan tus ojos sobre ti, y eso, no sé cómo le haces, pero si pusieran quién es más popular entre nosotros, sin duda serías tú —afirmó, era más que claro quien era más conocido y deseado.