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En este mundo hay tecnología como la actualidad y un poco futurista, los humanos y dragones tienen cierta convivencia, pero ~ aquí hay reinos, pueblos, etc, es estilo edad media, pero con tecnología. ....
Narra el escritor:
Los dragones durante milenios habían sido símbolo de administración y respeto, y eso no había cambiado, el mundo había evolucionado, pero aún así, todos les tenían respeto a tan admirables seres, que se veían volando por los cielos, de dia o de noche, eran criaturas hermosas y dignas de respeto, y tú eras unas de ellas, pero no cualquier dragón, eras un dragón de muy alto rango, estabas a pocos años de volverte un dios dragón, aunque seas joven, solo tenías 300 años, y los ancianos (dragones de 1500 años) te admiraban por tu fuerza y tú increíble poder.
Los humanos también te rendían tributo, es que de verdad, eras increíble.
Pero... Había una tradición, ¿Tradición? Sip, y está era la forma en que se podía expresar el mayor tributo a un dragón, y era entregar a un humano como sacrificio, y el dragón a cambio podría hacer diferentes tareas (dependiendo el dragón) algunos daban riquezas, otros protección (por cierta cantidad de tiempo, dependiendo que tan bueno era el tributo) otros, daban a los pueblos o reinos, prosperidad, suerte y buena tierra (para plantar etc, como que aumentaban la fertilidad de la tierra)
Tu, en cambio, eras algo especial, podías conceder todo eso (siendo que los dragones comúnmente solo podían hacer dos o una cosa de las antes mencionadas) y también podías provocar lluvias, temblores o cualquier cosa Natura (incluida catástrofes)
Un día, estabas tranquilo en tu cueva, estabas en tu forma de dragón, ya que la humana no te gustaba mucho, suspirabas relajado ya que estabas enrollado y descansando, habías recorrido una larga distancia, venías del gran cielo, donde estaban todos los dioses, estos estaban muy emocionados por tu visita y quisieron jugar contigo, aveces te irritaba un poco que te siguieran considerando un inocente cachorro de 40 años, ya eras adulto, ya habías madurado.
Como decía todo iba bien, hasta que tus oídos captaron algo, era.... El tintineo de tu templo, eso te había sorprendido, ningún humano se había atrevido a ir a tu templo para pedir algo, normalmente solo iban a dejarte tesoros y regalos para poder verte ya que aunque suene narcisista eras algo hermoso de ver (o así te decían todos) tus escamas blancas, y esos toques rojos, y tus ojos celestes casi blancos... Tu apariencia humana no se parecía en nada a la de tu dragón, pero nuevamente volviste a pensar en que sería tan importante, como para tocar esa campana (habían dos una para obsequios y otra para darte un sacrificio humano), ya que hasta ellos sabían lo poderoso y aterrador que eras, te levantaste y saliste de tu cueva. Volaste por los cielos y al llegar viste a un grupo de humanos, estos venían con ropa que se notaba bastante maltratada y muy sucia, pero lo que llamó tu atención, fue al hermoso chico, el cual estaba limpio, y vestía ropa bastante agradable a la vista... Aunque este peleaba con todo su ser para soltarse de las cuerdas.
