3.¿¡Reencarne como la melliza de Harry Potter?!

CAPITULO 1:las Vacaciones con los Dursley...otra vez...

NARRA(Harley)

Recapitulemos lo ocurrido hasta ahora, no hace mucho hemos vuelto del colegio y ya estan cayendo vergasos >:v

Nada mas llegamos y como las vacaciones pasadas noas arrebatarón nuestras cosas y yo termine en el piso peleandome con Vernon a puño limpio, mientras gritaba que los hiba a demandar por abuso infantil y por no cumplir la ley de que todo menor de edad tiene derecho al estudio, la cosa es que termino en yo con un chichon enorme en la cabeza, el labio partido y castigada en mi cuarto por todo el mes, vendito sea mi hermano que me trae la comida cada dia :'3

En mi vida pasada adoraba las vacaciones mas que cualquier otra persona, me encantaba perecear como peresosa todo lo que podia pero ahora es completamente diferente, mi amor por las vacaciones se terminarón cuando llegamos a parar con los Dursley.

Cuando Harry y yo teniamos 1 año , y llevabamos recien un mes con los Dursley tuve que batallar bastante con tia Petunia para que nos cuidara como se debe, ya que ella solo le daba mas atención a Dudley ¡una vez me quede todo un dia con el pañal sucio! Me esforse mucho para aprender a ir al baño lo mas rapido que pude que fue 5 meses despues, ya para cuando cumplimos los 3 años yo hablaba muy claramente, era totalmente independiente y le enseñaba a Harry a hablar mejor ya que tanto tia petunia como tio Vernon solo se ocupaban de Dudley y solo a Dudley, por lo que basicamente la que crio realmente a Harry gran parte de su infancia fui yo, yo le enseñe a caminar, yo le enseñe a hablar, yo le enseñe a leer, yo le enseñe a usar la bicicleta (como Dudley le compraban muchas cosas la mayoria las rompia o les dejaba de tomar importancia pasado el mes, y su primera bicicleta la uso maximo 3 veces y la dejo olvidada en el deposito, hasta que cuando nos dejarón con la niñera y los Dursley se fuerón de campamento, aprobeche la oportunidad y le enseñe a Harry a manejar la bicicleta cuando teniamos 7 años),yo le consolaba cuando el tenia pesadillas y le cantaba canciones de cuna para dormir, yo le leia cuentos para dormir, yo le curaba cada raspón y golpe que se hacia por culpa de los Dursley, yo tomaba la mayoria de las golpizas y castigos, yo era la unica que se acordaba de darle regalos para su cumpleaños y navidad, y yo era la que hacia los disfrases para Hallowen, yo lo crie basicamente \(>:v)/ haci que... chingense Dursley! Que yo crie mejor a Harry que ustedes a la nutria de Dudley!

Bueno volviendo al tema Harry y yo somos, en muchos sentidos, un par de jovenes muy diferentes al resto,en especial yo que tengo las memorias de mi vida pasada todavia.

Por un lado, las vacaciones de verano nos gustaban menos que cualquier otra época del año; y por otro, deseabamos de verdad hacer los deberes, pero teníamos que hacerlos a escondidas, muy entrada la noche.

Era casi medianoche y estabamos tumbados en la cama, boca abajo, tapados con las mantas hasta la cabeza, como en una tienda de campaña. Harry en una mano tenía la linterna y, abierto sobre la almohada, había un libro grande, encuadernado en piel (Historia de la Magia, de Adalbert Waffling). Harry y yo
r

ecorríamos las páginas con la punta de nuestras plumas de águila, con el entrecejo fruncido, buscando algo que nos sirviera para su redacción sobre «La inutilidad de la quema de brujas en el siglo XIV», a mi ya me faltaba bastante poco ya que en mi vida pasada tuve una rara obseción con investigar todo lo que tenga que ver con las brujas.
Harry detubo su pluma en la parte superior de un párrafo que podía ser útil.
Me subi las gafas redondas, Harry acercó la linterna al libro y leimos:

En la Edad Media, los no magos (comúnmente denominados muggles) sentían hacia la magia un especial temor, pero no eran muy duchos en
reconocerla. En las raras ocasiones en que capturaban a un auténtico
brujo o bruja, la quema carecía en absoluto de efecto. La bruja o el
brujo realizaba un sencillo encantamiento para enfriar las llamas y luego fingía que se retorcía de dolor mientras disfrutaba del suave
cosquilleo. A Wendelin la Hechicera le gustaba tanto ser quemada que
se dejó capturar no menos de cuarenta y siete veces con distintos aspectos.