Savage || AuronBowl || KarmalandA

Prólogo

Auron se despertó con la incómoda sensación del traje presionando contra su piel sensible, la tela dura estaba hecha para la batalla, no para dormir. En otras circunstancias no le hubiera importado mucho, pero el calor de su celo lo agobiaba y tenía la sensibilidad a flor de piel, aún no comenzaba y ya estaba así de receptivo.

Gimió en un tono lastimero sin abrir los ojos, esperaba que en cualquier momento el olor a desayuno recién hecho y las voces de su familia le dieran las fuerzas que necesitaba para levantarse, aunque sí convencía a Mónica de que su celo estaba más avanzado de lo que realmente era, la mujer le diría a Adan que le llevara el desayuno a la cama. No era mala idea.

Pero lo único que su nariz captó fue el fuerte olor a metal y aceite combinado con el hedor de sus hormonas. Extrañado también de no sentir a Frederick acurrucado junto a él como todas las mañanas, se removió en la incómoda cama hasta que por fin se dignó a abrir los ojos.

Recostado de espaldas, un techo gris le dio los buenos días en vez de su lustrosa estructura de mármol y cristal. En unos segundos, los recuerdos de los eventos pasados golpeó su mente cansada y deseó intensamente el poder volver a dormir.

Estaba en medio de una misión para salvar Karmaland, había entrado junto a sus compañeros a un laboratorio disfrazados de científicos para robar el núcleo de una máquina del tiempo que supuestamente los ayudaría a cumplir su misión de destruir el meteorito y evitar el agujero negro que en estos momentos estaba consumiendo todo lo que alguna vez consideró su hogar. Cambiar los sucesos del pasado y así arreglar su línea temporal.

Frederick no estaba a su lado porque lo había dejado encerrado en el desastre que era su casa, no sabía que había pasado con Mónica y sus hijas porque no quería afrontar algo así antes de tan importante travesía. No habría desayuno en la cama porque en su línea temporal normal, Adan había muerto.

Su omega interior resintió profundamente la pérdida de su compañero Alfa, y Auron lo acompañó en su dolor. Aunque no eran realmente predestinados y Adan nunca lo había marcado tampoco, el Alfa castaño era quien lo ayudaba a sobrellevar todos sus celos desde que se había mudado a las afueras del pueblo. También había sido un gran compañero de piso y un miembro muy importante en su familia, lo extrañaba mucho y no llevaba para nada bien el luto.

Con un suspiro resignado y usando la rasposa manga de su traje para limpiar una lágrima traicionera, se levantó de la cama dispuesto a afrontar la situación. No se lo había dicho a nadie, pero había puesto todas sus esperanzas de recuperar su vida en esta misión, así que iba a cumplirla.

Dio una rápida mirada periférica a la habitación subterránea, notando que todas las camas a su alrededor estaban vacías.

─Ostia, cierto... ─exclamó al aire frustrado. A la máquina del tiempo se le había agotado el combustible, y todos habían quedado varados en una época que no era la suya ─. Me cago en la verga.