Capítulo VII

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LA CABAÑA DE LOS MORGENSTER

Grande, lujo, comodidad y maravillosa, eso es lo que grita la caballa Morgenster; no es que allá visto muchas pero en definitiva está lugar párese más una mansión que una de esas bonitas y pequeñas cabañas.

Primer vistazo de este lugar es una enorme escalera en del medio mientras que a sus dos lados hay pasillos, en el derecho está la sala con los grandes sillones de cuero en forma de "U" enfrente de la enorme pantalla y como si fuera poco bajo la televisión está una chimenea, hay una pequeña mesa a la esquina de la sala y a su lado hay un estante de libros. En el otro pasillo está el amplio comedor junto a la cónica que está igual de grande, hay una puerta de vidrio enorme que te deja ver el lago de afuera y los árboles que rodean este lugar.

Para mi suerte mi habitación es más chica que la de la mansión, no me gusta estar en lugares grandes ¿por qué? No lo se; mi cuarto cuenta con una cama matrimonial, un closet chico, baño y un balcón con vista al lago, comparándola con la de la mansión me gusta más está, es chica y acogedora mientras que la otra es amplia y párese que cualquier personas se podría esconder fácilmente en ella.

Para mi sorpresa los cuatro días pasaron antes de llegar aquí pasaron como un rayo, tarea, proyectos, y cosas que entregar se llevaron esos cuatro días. Llegamos aquí hace una hora y exactamente ese tiempo no he bajado a explorar más la casa ya que no quiero encontrarme con alguno de los chicos.

Hay neblina en este lugar pero no tanto como en el pueblo ya que está neblina deja ver uno que otro rayo de sol, el clima aquí es cómodo, ni frío ni caliente.

Mi panza me empieza a rugir debido a que no he comido nada desde esta mañana, salgo de mi habitación rezando a no encontrarme a ninguno de los chicos afuera. Hoy parece que el día será perfecto, no hay nadie abajo y puede llegar fácilmente a la cocina sin tener que encontrarme con alguien. Busco en el refrigerador si hay algo pero no encuentro nada.

- Mi madre junto a Sansa y mi tía salieron a comprar comida - maldigo para mis adentros cuando escucho la ronca voz de Nicholas a mis espaldas.

Volteó y creo que la baba se me va a salir, esta solo en short, su cabello castaño cae por su cara gracias al agua, sus abdominales se contraen cuando empieza a caminar.

- ¿Admirándome? - pregunta un tanto coqueto.

Ruedo los ojos - He visto mejores cosas - mentira. Suelta una risa ronca que lo único que hace es que mi corazón se acelere - ¿A qué hora regresarán? - pregunto tratando de controlar la aceleración de mi corazón.

Se encoge de hombros - No lo se y tampoco se a qué hora llegarán mi padre junto a mi tío - sacude su cabello con su mano haciendo que pequeñas gotas de agua caigan en mi.

Genial lo que faltaba. Estas completa sola con ellos en una caballa en quien sabe donde.

Sin nada que decir salgo de la cocina con pasos largos, subo a mi cuarto para poder encerrarme y esperar a que llegan los demás. ¿En que puto momento se largaron sin decirme nada?

Cuando llego una oleada de tabaco llega a mis fosas nasales haciendo que arrugue mi cara en asco; abro los ojos cuando veo una silueta en mi balcón con los codos sobre la barandilla, me acercó para ver quien es aunque no hace mucha falta.

Doylestown ✔️(EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now