El despertar.

2K 113 34
                                    

N/A:

Me gustaría agradecer a todas las personas que han leído esta historia y que han dejado sus comentarios, siempre diciendo lo mucho que les gusta y preguntando cuándo voy a actualizar. Estoy profundamente agradecida con ustedes, por todos los que me leen desde que empecé con este fanfic, y también con los que me empiezan a leer. Escribo por y para ustedes. 

Este capítulo lo terminé en junio del año pasado, pero a apenas lo pasé a la computadora. En los últimos dos años me he alejado de mis historias debido a situaciones por las que estaba pasando. Mi salud mental no estaba en su mejor estado, y aún sigo trabajando en ella, día con día. Ya me encuentro mejor y he vuelto a abrazar esta parte de mi, el escribir que es lo que me hace inmensamente feliz. Lamentablemente, continuar escribiendo este fanfic no se encuentra dentro de mis prioridades. He decidido darle una pausa indefinida para poder enfocarme en otro fanfic (también de Harry Potter y que les invito a leer), y hasta no haber terminado ese, no escribiré y no actualizaré Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas. Tal vez no actualice nunca más, tal vez lo haga hasta dentro de unos años. No les prometo nada. Sé que es una forma muy grosera de pagarles por todas las veces que me han hecho sentir feliz y ser capaz de seguir escribiendo.  Espero puedan entender.

Gracias infinitas a todos. 



La mazmorra de la casa de Slytherin estaba tan fría que sus alumnos preferían estar en los jardines del castillo que adentro en sus habitaciones. Severus Snape, como siempre, era la excepción. Recostado en su cama, con la mirada perdida en el techo, respiraba tranquilamente, relajado por primera vez en mucho tiempo. Jamás hubiera pensando que tendría una oportunidad para despotricar sobre James Potter en su presencia. Y de cierta manera se sentía diferente, aunque no quería aceptarlo. Trataba de buscar esa sensación desagradable que siempre lo inundaba por dentro, pero no podía encontrarla; como si se hubiera evaporado.

Había tratado de dormir, puesto que también se sentía un poco cansado. Al cerrar los ojos, lo único que se reflejaba en su mente era el rostro afligido y derrotado de Potter. Durante la discusión, tan sumergido en su ira como estaba, no tuvo el tiempo de saborear el regocijo que ahora lo invadía. Podía degustar la victoria y llenarse de ella. Potter había lucido patético, como un niño perdido esperanzado en encontrar a sus padres. Se había visto tan lamentable que Severus fue incapaz de descansar, con un extraño sentimiento creciendo dentro de su pecho. Por eso el techo se había vuelto en su mejor opción. Como si este fuera una pantalla y su mente un proyector, Severus repetía sin descanso una tras otra todas las veces que Potter bajó la mirada, todas las veces que Severus gritaba y Potter lo escuchaba como animal regañado; como si Severus tuviera poder sobre él.

No lo había pensado hasta ese momento, e incluso podría estar equivocado, pero probablemente Severus sí tenía poder sobre él. Y no solo Severus, el remitente anónimo también. Y a pesar de que odiaba la idea de usar algo tan íntimo y personal como eso, no dejaría pasar una oportunidad tan valiosa. James Potter era un idiota sentimental. Y sus sentimientos sería su perdición. El pensaría que Severus estaría comenzando a cambiar, y, poco a poco, caería dentro de un abismo. Y aunque Severus nunca había imaginado vengarse de esa manera, no veía otra forma de hacerlo. Tenía que utilizar todo lo que estuviera a su alcance. Quería ver cuánto era capaz Potter de soportar. Quería verlo en el piso, suplicando, implorando por él, por nada y nadie más que Severus Snape. Y Severus estaba completamente seguro que así sería. El remitente anónimo se lo había demostrado.

Después de lo que pareció una eternidad, Severus, satisfecho con él mismo, se levantó de la cama y buscó entre sus libros. Ya había obscurecido, así que tanteó hasta encontrar la rugosa portada que ya se estaba volviendo familiar. Si quería destruir a Potter por completo, tenía que hacerse de todas las armas posibles. Tomó el libro y lo llevó hasta su cama, donde se recostó de nuevo. Sacó su varita y casi en un susurro pronunció "lumus". Un pequeño haz de luz salió de la punta de su varita y se dispuso a leer.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 16, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora