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De un momento a otro la discusión había escalado al punto de que la mujer le tenia con la pipa en la frente, amenazandole.
-¡Que no se, coño! Yo solo se que debía traer la mochila aquí, señorita ¿porque yo querría liársela? ¿Que gano de eso? No gano una mierda-.
-Vas a ganarte mi puta bala en la frente-.
-No, mire-.
-Mire nada, ahora te pregunto yo ¿Que hago ahora con mis clientes? ¿Que les doy? ¡¿Que les digo?! ¡Hola! No tengo su mierda, buenas noches, diviértase-.
-Yo...-.
"Joder, vaya mierda, ahí le había pillado, no existía una respuesta a eso".
-Exacto-.
Escuchó el seguro siendo retirado.
-No, espere ¿De que le sirve matarme? Eso tampoco pagará la droga faltante, ni compensará a sus clientes-.
La cara de la mujer se quedó seria pero pensativa.
De la nada relajo todo su cuerpo, se sentó sobre el escritorio y sonrió.
"No se si está me da más miedo seria o sonriendo".
-200,000 dólares-.
-¿Disculpe?-.
-Eso es lo que me debes... y me vas a pagar-.
-Yo... no, no tengo tanto dinero, es demasiado-.
-Lo sé, lo sé... por eso vas a trabajar para mi-.
La cara de Gustabo reflejó su sorpresa y alivio.
Si bien "jugar a tres bandos" como decía el viejo, era complicado, era mejor que una bala en la cabeza.
-Pero... tu en la droga no... no sirves, es más eres una mierda-.
-Bueno... pero algo más podré hacer, ser segurata...-.
La risa de la mujer resonó por el sitio.
-Segurata... cariño, no tienes cara de tipo rudo, pero sabes de que si tienes pinta...-.
Se bajo del escritorio y se acercó a él con cuidado.
-Esos ojos azules, grandes y de cachorro, tú figura grácil, y esa astucia, tienes todo lo que pido para mis chicas-.
-¿Sus chicas?-.
-Si, yo no necesito niñas lindas y de cuerpos delgados, necesito que sean astutas, encantadoras, que los envuelvan con su mirada-.
La cara de Gustabo comenzó a tensarse conforme recordaba la fijación que algunos solían tener con sus ojos, por eso en el día usaba unas gafas horribles o un sombrero, para quitar la atención de sus ojos.
-Estoy segura de que lo harás muy bien... ademas tienes el extra de la manipulación, pero eso lo hablaremos mañana... te quiero aquí a las 3:00 de la tarde-.
-Pero...-.
-3:00 de la tarde, te estaremos esperando, hay mucho que arreglar antes de que puedas empezar a trabajar para pagarme-.
-Si...-.
-Ya puedes irte-.

Sin esperar más se puso en pie rápidamente y trato de salir.
La puerta estaba cerrada.
"¡Vaya puta mierda!"
-Oh, ya te abro, mañana a las 3:00, Gustabo García-.
-A las 3:00-.
La puerta se abrió desde fuera, salió en modo automático mientras internamente se rayaba.
"Tiene que haber una manera de salir de esta mierda"

Dance for me, Mariconetti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora