Capítulo 15

465 87 99
                                    



SONIC

  Ya van unos treinta minutos desde que llegamos a la fiesta, y todavía no hay señales de Infinite realizando actividad sospechosa. Lo he seguido por su jardín, por las exhibiciones de arte, por la barra de tragos y hasta por el baño, y ni siquiera lo vi haciendo algo fuera de lo normal.

  Ahora me encuentro en la pista de baile, observando a lo lejos al chacal charlando con sus invitados. Por Chaos, ¿acaso no puede hacernos la vida más fácil y admitir que forma parte de un culto?

—Estás siendo muy obvio —dice una voz a mi lado, logrando que me sobresalte.

  Shadow ríe ante mi reacción.

—No puedo creer que diga esto, pero ya me estoy aburriendo —admito, cruzándome de brazos.

—Es que eres terriblemente impaciente.

—Es que no tengo nada mejor que hacer —replico, molesto.

  De pronto, la música cambia a un ritmo lento y romántico. Empiezan a formarse parejas en la pista de baile, y una cierta eriza rosada parece desorientada.

—Olvida lo que dije. Ya vuelvo —le anuncio a Shadow.

  Con tal de pasar desapercibidos...

  Le pido permiso a muchas personas para poder llegar a Amy, quien se encuentra en el medio de la pista

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


  Le pido permiso a muchas personas para poder llegar a Amy, quien se encuentra en el medio de la pista. Toco su hombro con la intención de llamar su atención, y ella se gira hacia mí.

—¿Me concede esta pieza? —pregunto, mientras hago una breve reverencia.

—¡Sonic! ¡Tenemos que apegarnos al plan! —me regaña Amy.

—Un baile no le hará mal a nadie —argumento, guiñándole el ojo—. Siempre y cuando tus padres no me vean...

  Ella escanea con la mirada a la gente a su alrededor para ver si distingue a sus papás. Cuando no los ve por ninguna parte, vuelve a girarse hacia mí.

—De acuerdo —accede.

  Procedo a tomar su mano y colocar mi mano libre en la parte baja de su espalda. Ella pone la suya sobre mi hombro, y comenzamos a bailar.

  Damos un par de vueltas sin pisarnos los pies el uno al otro, cosa que considero un logro. Sin embargo, noto que su vista aún estudia atentamente las personas que nos rodean.

—No hay señales de mis padres... aún —comenta.

—No te preocupes, yo también estaré atento. Si los veo, me esconderé —le digo.

Strive Where stories live. Discover now