ACTO CUARTO - Escena Primera

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La misma decoración. 

Entran TITANIA y BOTTOM y las hadas que los sirven. 

Tras de ellos, OBERÓN, sin ser visto. 

TITANIA.—Hechizo mío, ven, siéntate sobre este florido lecho, mientras yoacaricio tus adorables mejillas y pongo rosas perfumadas en tu suavecabeza y tus largas y hermosas orejas, gentil deleite mío. 

BOTTOM.—¿Dónde está Flor-de-guisante? 

FLOR-DE-GUISANTE.—Presente. 

BOTTOM.—Ráscame la cabeza, Flor-de-guisante. ¿Dónde está el señorTelaraña? 

TELARAÑA.—Presente. 

BOTTOM.—Señor Telaraña, mi buen señor, tomad vuestras armas ymatad una abeja posada en la cima de un espino, y traedme el saco demiel. Cuidad de no fatigaros mucho y, sobre todo, que no se rompa labolsa. Sentiría, señor, veros bañado del viscoso líquido. ¿Dónde está elseñor Grano-de-mostaza?GRANO-DE-MOSTAZA.—Presente. 

BOTTOM.—Venga esa mano, señor Grano-de-mostaza. Dejad, os ruego,toda cortesía.GRANO-DE-MOSTAZA.—¿Qué deseáis? 

BOTTOM.—Nada, buen señor, sino que ayudéis al caballero Telaraña arascar. Necesito al barbero señor, porque pienso que tengo la caraasombrosamente velluda, y soy un asno de tan delicada condición, que siun solo pelo me hace cosquillas, por necesidad tengo que rascarme.

TITANIA.—¿Querrías oír un poco de música, dulce amor mío?

BOTTOM.—No tengo muy mal oído para la música. Venga el triángulo y elmartillo.(Música de cencerros, música popular.) 

TITANIA.—O dime, alma mía, lo que quisieras comer. 

BOTTOM.—En verdad, un celemín de heno y cebada. Comería a doscarrillos de vuestra avena seca. Paréceme que me apetece mucho unaración de heno: no hay nada comparable al buen heno, al heno fresco. 

TITANIA.—Tengo un hada muy audaz, que irá a la madriguera de lasardillas y te traerá las nueces frescas. 

BOTTOM.—Preferiría un puñado o dos de habas secas. Pero os ruegoque ninguno de vuestro séquito me moleste, porque principio a tener unpoco de sueño. 

TITANIA.—Duerme y yo te estrecharé en mis brazos. Hadas, salid yalejaos en todas direcciones. Así la enredadera, la madreselva, la dulceyedra se enlazan al áspero tronco del olmo. ¡Oh! ¿Cuánto te amo y cómome deleito en ti? 

(Duermen TITANIA y BOTTOM. OBERÓN se adelanta. Entra PUCK.) 

OBERÓN.—Bienvenido, buen Robín. ¿Ves este lindo cuadro? Ya empiezoa compadecer su loco amor; porque no ha mucho, habiéndola encontradotras del bosque, buscando golosinas para este odioso imbécil, la reconviney tuve con ella un altercado; porque había rodeado con fresas y fragantesflores sus peludas sienes; y ese mismo rocío, que en el cáliz de losbotones parecía redondearse en perlas de oriente, se mostraba ahoracomo lágrimas con que las florecillas lloraban su afrenta. Cuando la hubereprendido a mi gusto y ella con humilde acento imploró mi paciencia, lepedí que me cediera al niño huérfano, lo cual hizo inmediatamente y loenvió con una de sus hadas para que lo condujera a mi mansión. Ahoraque tengo al muchacho, corregiré el odioso error de sus ojos. Quita tú dela cabeza de este estúpido ateniense el disfraz que lo transforma, demanera que, cuando despierte junto con los demás, puedan regresar todosa Atenas, pensando que el accidente de esta noche no ha sido más que una cruel pesadilla. Pero antes libertaré a mi amada reina.(Tocando con una hierba los ojos de TITANIA.)Sé lo que debes ser y ve como debes mirar. El capullo de Diana tiene estefeliz poder sobre la flor de Cupido. Y ahora, Titania mía, despierta;despierta, mi dulce reina. 

El sueño de una noche de verano - William ShakespeareWhere stories live. Discover now