Único capítulo.

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Gustabo miro el cielo, se sentó en aquel lugar con flores de diversos colores a simplemente ser él y que la tranquilidad que el enorme cielo azul le transmitía lograra relajarle. Jamás se había detenido a mirar el transcurso de los días y mucho menos a pensar el como sus acciones lo perjudicarían en el futuro, jamás pensó en las consecuencias pues él era un fiel creyente de la frase "Vive el presente porque jamás sabrás si mañana despertarás con vida."

Cerro los ojos inhalando y exhalando el aire fresco, tal como tanto amaba hacer Horacio, su compañero quien veía los pequeños detalles y amaba a mirar el cielo en sus tiempos libres, un alma libre y auténtica; una luz que él mismo se encargó de apagar con el tiempo sin que él mismo se diera cuenta. Horacio era su otra mitad, era quien poseia las cualidades que el definitivamente no tenía, era su mano derecha que siempre le apoyaba y su única familia, su inico amigo, lo único bueno que tenía en esa vida... y ahora se había ido.

── El y yo somos evidentemente diferentes.

Y ahora tenía miedo, tenía miedo por que solo quedaba él, ya no estaba quien portaba el lado emocional y todos esos malos sentimientos lo empezaban a invadir. Sentia su cuerpo temblar al solo recordar aquel sonido, al imaginar el último suspiro de vida de su hermano; el lado irracional proclamaba su cuerpo como suyo después de tanto tiempo.

── Mezclar los sentimientos con esto solo nos traerá problemas.

Y ese era el momento donde los sentimientos más negativos se apoderaron de su visión, la venganza y resentimiento se propagaron dentro de él, por que él sabía que era imposible, era algo que jamás hubiera hecho de no ser por que se lo ordenaron: él nunca hubiera matado a su Horacio. La culpa caía en quien los había llevado a ese límite, en quien jamás confió en ellos y en quienes al final les dieron la espalda. Quería tener la sangre de todos para poder olvidar que en su cuerpo recorre la de su hermano.

Y ese día llegaría, claro que lo haría... pero ahora solo deseaba mirar por última vez a su hermano. Sonrio recostandose y levantando las manos, diez, nueve, ocho... susurró.

── Gustabo no lo hagas... ── Pidió Horacio sin poderle ver el rostro debido a la oscuridad, estaba arrodillado frente sin más que hacer que poder llamar a la única persona en quien confío.── No vas a hacer capaz...

Y sus palabras no podía recordarlas ¿qué le dijo? ¿qué demonios pensó? Todo es borroso pero la culpa no era suya... no lo era. Las lagrimas inundaron sus ojos azules cuando por fin vio los ojos de Horacio en todos los buenos y malos momentos de su vida. Horacio no pertenecía en la mafia, no merecía esa vida y al final había sido el quien le había dado el gusto de descubrir si en otra vida el sería feliz. Se quedó en esa habitación con un cuerpo sin vida a la que alguna vez prometió estar siempre juntos.

siete, seis, cinco, cuatro, tres...

── ¿Horacio? ── Preguntó a la nada, un disparo se escucho a la distancia.── Tu dijiste las palabras que yo no pude decir...

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Tu siempre dirás las palabras que yo no pude decir ¿Verdad?

Gustabo's pain.Where stories live. Discover now