The Untamed: Quédate un día (Traducción)

Capítulo 01

Nota: Cursiva representa un recuerdo/pasado.

......

La primera vez que Meng Yao vio a Lan XiChen fue en la Sala de las Orquídeas, una de las salas de estudio de Cloud Recesses.

Había oído hablar de los dos Jades de Lan, por supuesto. Eran famosos por su belleza incomparable, porte noble, habilidades excepcionales con la espada y destreza musical. Pero mientras que el hermano menor tenía una disposición fría y seria, el mayor... ¡ahh!

Era como si el sol, la luna y las estrellas se hubieran combinado para crear este ser perfecto. Lan XiChen era como... como un Dios que cobra vida. Bueno, más como una doncella celestial porque poseía la tez más clara que Meng Yao había visto, la piel más bella, los ojos más gentiles y la sonrisa más amable. Pero Lan XiChen era más alto que la doncella promedio, su cuerpo es delgado pero al mismo tiempo fuerte y derecho.

Meng Yao se enamoró instantáneamente de él.

........

La primera vez que Meng Yao tocó a Lan XiChen fue en esa misma habitación, el mismo día.
Fue el comienzo de la conferencia de tres meses y cada discípulo principal de las otras Sectas tuvo que comparecer y presentar un regalo para el Maestro Lan QiRen. Cuando fue el turno de la Secta Nie, el joven Maestro Nie dejó apresuradamente la pequeña jaula que contenía el jilguero que había capturado antes. Meng Yao recogió su regalo encerrado en una caja de metal y lo siguió hasta el medio de la habitación, parándose unos metros detrás de él como debería hacerlo un asistente.

El joven maestro Nie se inclinó y se presentó.

"Yo, Nie HuaiSang, del Clan Nie de Qinghe saluda al Maestro".

Se arrodilló y volvió a inclinarse con la frente casi tocando el suelo y luego se levantó, Meng Yao copiaba escrupulosamente sus movimientos.

"En nombre del Clan Nie, le presento a Shifu un caldero de cerámica púrpura", continuó antes de instar a Meng Yao a continuar.

Con una leve reverencia de reconocimiento, Meng Yao se presentó.

"Soy Meng Yao, el Vice enviado del Clan Nie. Les presento este caldero de cerámica púrpura en nombre del Líder de Secta Nie. La arena púrpura es antigua y solemne. Es simple y rica en calidad. Se adapta al estilo de las lecciones del profesor Lan. Espero que el profesor lo vea favorablemente...."

Antes de que pudiera terminar, dos discípulos detrás de él comenzaron a susurrarse y escuchó las mismas palabras detestables que se habían grabado en su cerebro incluso antes de que tuviera la edad suficiente para entender su significado.

Uno de los muchos hijos ilegítimos del líder de la secta Jin, Jin GuangShan.

Pero mucho, mucho peor porque era hijo de una prostituta.

Tan incomparable con el heredero legítimo, Jin ZiXuan, que también asistía a la misma conferencia, como el infierno del cielo.

"¡Silencio!" espetó el profesor Lan, pero ya era demasiado tarde; el daño ya estaba hecho. Meng Yao fue inmediatamente sometido a miradas de especulación, simpatía o desdén por parte de los otros discípulos. Peor aún, los dos Jades de Lan también estaban presentes y habían escuchado cada palabra degradante.

A Meng Yao no le importaba lo que pensara el estoico hermano menor, pero temía ver el familiar disgusto en los ojos del hermano mayor. Quería dejar caer la caja y huir allí mismo. No pudo. En cambio, mantuvo la cabeza agachada, clavando una uña en los intrincados tallados de metal en la caja en sus manos.

¡Como si pudiera olvidar la profesión de su difunta amada madre! Parecía ser un estigma insuperable del que nunca podría escapar. No en esta vida.

Cuando Lan XiChen, el famoso Zéwú-Jūn bajó del estrado, Meng Yao tembló, preguntándose si lo echarían para evitar que su educación indigna mancillara la pureza prístina de la Sala de las Orquídeas. Para su total asombro, fue felicitado por su capacidad y elocuencia.

Atreviéndose a mirar hacia arriba, Meng Yao vio en el instante en que los labios rosas de Lan XiChen se abrieron con sorpresa, vio la misma sorpresa reflejada en esos hermosos ojos. Rápidamente bajó la cabeza de nuevo, el corazón inexplicablemente palpitando dentro de su pecho.

¡Imposible!