𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍, TOM RIDDLE

𝗘𝗣𝗜𝗟𝗢𝗚𝗨𝗘

EPILOGO: JUSTICE FOR HEAVEN

31 DE OCTUBRE DE 1997
AFUERAS DE LONDRES

Tom Marvolo Riddle sabía que su vida estaba destinada a ser dolorosa, pero poderosa. Había llegado al mundo con un solo propósito, así lo veía él. El legítimo heredero de Salazar Slytherin que perdió a su madre al poco tiempo de nacer, que vivió en un orfanato con muggles los cuales forjaron su tiranía de poder.

Albus Dumbledore no sabía en qué momento había fallado; si cuando no actuó cuando se enteró de las cosas o cuando dejo que Tom Riddle corrompiera un alma tan noble como la de Heaven Scamander.

La muerte de Heaven Scamander había dejado al mundo mágico perplejo. Todas las condolencias restaban en la familia Scamander, los cuales estaban devastados con la reciente perdida. Newt y Tina habían perdido a su hija mayor, la menor de los Scamander había perdido a su hermana, Theseus había perdido a su sobrina, pero nadie había sufrido tanto como Theodore Evans Scamander.

El niño que lo había perdido todo, y no lo sabía.

Theodore juraba y perjuraba que su apellido legitimo era Nott; así lo creía, porque así había sido criado. Alexandra Nott nunca tuvo las agallas de decirle a esa pequeña criatura quienes eran sus reales padres, ni lo que les había pasado, porque mientras estaba bajo su manto, y cuando consiguió su custodia, no veía el punto en hacerlo sufrir.

Y si, sabía que Theo merecía saber la verdad, pero pasaron cosas que simplemente salieron de sus manos. Pasaron cosas que ella lamentaba, y que había fallado en lo único que Heaven le había pedido.

Porque Theodore Nott había adquirido las creencias del Slytherin que era, creyó que la pureza en la sangre era lo más importante, nunca supo que era un mestizo, y se juntó con las personas equivocadas. Personas que lo guiaron al mal camino, personas que lo guiaron a él; el monstruo que le arrebato la vida de sus padres.

Pero eso no impidió, que aun en las tropas de Lord Voldemort, Theo formara una familia; así fue como nació Theodore Nott II. El inseparable amigo de un Malfoy, como alguna vez lo fue el hombre al que el hijo de Heaven Scamander idolatraba.

Tom Riddle había movido las cartas a su favor, y se quedó con el único recuerdo de Heaven.

Theo.

Y ella realmente lo lamentaba.

Porque cuando Theodore Nott se enteró de la verdad nunca más volvió a dirigirle la palabra a la mujer que había sido la mejor amiga de su verdadera madre. La mujer que lo había criado, y brindado su amor. La mujer que el actual Theo Nott II llamaba su abuela, y que su padre le prohibía visitar.

—Pero, ¿qué es lo que hizo?

—Lo que pudo.

Una lagrima se deslizo por la mejilla de Hermione Granger en medio de sus dos amigos, observando a la mujer de largo cabello castaño, y ojos verdes cansados. Su aspecto en general lucia cansado, pero también lucia como si había sacado un peso de sus hombros.

—Luego de la muerte de Heaven, el nunca volvió a ser el mismo—explico Alexandra Nott viendo al trio de oro frente a ella—Perder a Heaven fue perder, literalmente, un pedazo de su alma—la mujer bajo la mirada—Lo demás es historia.

—¿Y ya? —preguntó Ron Weasley desconcertado. —No puede terminar ahí.

—Es porque aún no ha terminado...—la señora Nott subió la mirada mirando al elegido—Mi nieto tiene algo en su poder... algo que ustedes necesitaran durante su viaje.

—¿Qué es lo que tiene? —Harry Potter logro articular, con un millón de pensamientos martiriando su cabeza. Nunca pensó que una persona como Tom Riddle pudiese amar, pero si lo había hecho. Lo único que lo hacía más fuerte que Voldemort, él también lo tuvo.

Amor.

—Algo que pertenecía a su Heaven—la señora mayor se encogió de hombros—Nunca me dejo ver que era. Solo me dijo que su padre se lo había dado.

—Muchas gracias, señora Nott—Harry se levantó, mirando a sus amigos—Ha sido de mucha ayuda.

—Es algo que debí haber hecho hace años...—esta negó con la cabeza. Un escalofrió recorrió la espalda de Harry Potter, como si hubiese alguna presencia junto a ellos.

—Darle justicia a Heaven.

Y así fue.