| xvii. Beso 🍃 Éomer |

126 11 21
                                    

|BESO|

Nunca antes el recién nombrado Rey de la Marca había visto bailar a nadie igual como lo hacía aquella doncella de oscuros cabellos que resaltaba en medio de la multitud de personas que danzaban al ritmo de la música.

—¿Quién es aquella doncella que se encuentra danzando en el centro del salón? —se sorprendió el recién nombrado rey de La Marca de sí mismo mientras preguntaba a los demás hombres que se encontraban a su lado en medio de las festividades que se llevaban a cabo en Gondor.

—Ella es Lothíriel, la hija del príncipe Imrahil de Dol Amroth. —le respondieron los hombres que se encontraban junto a él.

Éomer decidió contemplar a la gracil dama una vez más, tratando a recordar cada una de sus facciones; sus cabellos eran largos, finos y de una tonalidad negruzca, su piel era blaquecina, y sus oscuros orbes se asemejaban a un par de brillantes ópalos.

Aquella noche, todos en la reino se encontraban reunidos en un festín que los soberanos de Gondor habían brindado en honor a todos sus súbditos.

—Éomer. —el primogénito de Éomund reconoció la voz de su hermana menor— ¿Por qué no has elegido una pareja para bailar?

—Porque no sé como hacerlo. —reconoció el hermano de Éowyn, quien se consideraba un pésimo bailarín.

—Vamos, hermano. —trató de alentarlo la hija de Théodwyn. —Porque no lo intentas, no puedes ser peor que yo en la cocina.

De repente, una voz llegó a interrumpir la conversación.

—Talvez yo pueda ser su instructora de danza por esta noche. —habló una femina voz.

Ambos hermanos dirigieron sus miradas a la persona que había hablado, y el nuevo monarca de Rohan quedó completamente sorprendido.

Debido a que no podía creer quien se encontraba frente a ellos, era la mismísima dama de Dol Amroth.

—Princesa Lothíriel. —saludó la Dama Blanca de Rohan, haciendo una reverencia.

—Princesa Éowyn. —saludó igualmente la recién nombrada.

—Le presento a mi hermano, Éomer.
—habló Éowyn nuevamente— El soberano de Rohan.

—Es un placer conocerlo finalmente, rey Éomer. —mencionó ella, realizando una reverencia.

—El placer es todo mío, princesa Lothíriel. —respondió él.

De repente, Éowyn se retiró del lugar dejando a su hermano y a la princesa solos, con la excusa de que había escuchado la voz de su esposo Faramir llamándola.

—Perdón si he sido una entrometida escuchando conversaciones ajenas.
—se excusó la joven— Pero, he escuchado que usted tiene dificultades para seguir el ritmo de la danza.

—Lamentablemente es así. —reconoció él.

—Yo puedo enseñarle con gusto. —propuso Lothíriel— Claro, si es que usted acepta la oferta.

—Estaré encantado de tener una maestra como usted. —aceptó Éomer.

Tras haber estado en compañía de Lothíriel, bailando en medio del salón durante toda la noche, ambos salieron a contemplar juntos las estrellas que iluminaban la noche, y sin querer los dos se tomaron de las manos.

Entonces, los dos se miraron directamente a los ojos, y finalmente ambos se dieron un beso.

Era el comienzo de un amor eterno.

Historias & Relatos de la Tierra Media | Fictober Tolkien 2020Where stories live. Discover now