| xxviii. Peludo 🍃 Avathael (OC) Masacre Nocturna |

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|PELUDO|

Después de haber llevado a cabo su sangrienta y nocturna masacre en compañía de aquel trío de trolls con los cuales incluso había llegado a encariñarse, especialmente con Guille —quien le parecía el más simpático de todos ellos— la sanguinaria licántropo continúo su propio camino, vagando sin dirección ni rumbo alguno, y en busca de las nuevas aventuras que su solitaria vida le depararía.

Ser la única sobreviviente de su sanguinaria especie no era una tarea fácil, aquello Avathael lo sabía perfectamente. Los licántropos eran conocidos por haber sido una raza de criaturas oscuras, las cuales se encontraban al servicio de Morgoth, el primer Señor Oscuro, y a quienes se había dado fin en la Primera Edad de Arda, llevando a todo el linaje de Cacharloth y extinsión.

Solamente ella había logrado escapar de su desdichado destino, por lo cual, sola y sin hogar alguno, tuvo que hacerse cargo de la situación y valerse por sí misma.

Nunca tenía una dirección fija, cuando necesitaba recargar sus energías tenía una que otra aldea de humanos en la cual saciar su voraz apetito.

"Criatura de las Sombras" la habían llamado Tom, Berto y Guille aquella lejana noche en la cual estuvieron a punto de devorarla, más sin embargo un funesto trato había cambiado su suerte, e incluso, le había salvado el pellejo.

Exhausta después de haber recorrido varias millas, Avathael decidió que era el momento de descansar y recobrar fuerzas para otra larga caminata sin rumbo. Así que se postró cerca de un arroyo, y bebió un poco de agua.

Una vez satisfecha, comenzó a hablar consigo misma, como solía hacer casi siempre, debido a que no disponía con quien hacerlo; debido a que siempre estaría condenada estar en completa soledad y perecer de la misma forma.

Criatura de las Sombras, no suena nada mal. —habló la licántropo para sí misma— De hecho, suena mucho mejor que... como me habían llamado... ah, si, bestia peluda.

Avathael volvió a rememorar aquella gran aventura vivida.

—Fueron los únicos amigos que he tenido en mucho tiempo, y ahora ellos también me han abandonado... —se lamentó en medio de su desdichada y solitaria. suerte.

De repente, un ruido interrumpió sus pensamientos, un sonido del cual la licántropo se percató con rapidez.

—Un llanto —reconoció Avathael— Pero, ¿De quién podrá ser?

El deseo de la curiosidad y de conocer de donde provenia aquel sonido, se habia apoderado de ella, quien inmediatamente empezó a seguir ese rastro.

—No puede ser... —susurró la licántropo para sus adentros.

Lo que divisó, la había dejado sin palabras.

El causante de aquel llanto era nada más y nada menos que un pequeño y peludo lobezno.

—Seguramente lo han abandonado, igual que me han abandonado a mí.

Aquella cría de lobo había propinado aquel sentimiento de felicidad pura que no había sentido hace mucho.

Avathael sonrió, pues ya no volvería a estar sola en el mundo nunca más. Al fin tendría a un compañero con quien pasar el resto de sus días.

Historias & Relatos de la Tierra Media | Fictober Tolkien 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora