Capítulo 4

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Haru se levantó por los sollozos de su hijo, Yuu; en la madrugada. Así que termino por prepararle un biberón a su pequeño hijo y salió de entre los arbustos y cartones, donde residía. ¿Por qué Yuu? porque lo encontró una tarde de camino a su casa (cementerio). Recuerda que se detuvo al ver que la bolsa de mercado que yacía al lado de un bote de basura, se movió y decidió mirar que había dentro. Los ojos de Haru se aguaron al recordar eso, pero sonrió al su mirada encontrarse con la de su hijo en brazos.

Fue de meses que lo encontró, no sabría cuantos años tendría ni mucho menos cuantos años tendrá el mismo. Hacía ya mucho tiempo que olvido si llegó a celebrar su cumpleaños alguna vez con su familia. Negó con la cabeza, no debería pensar en personas de las cuales no recuerda su rostro. Se quedó despierto y vio junto a su hijo el sol salir por entre la copa de los arboles. Sonrió, hoy sería un buen día.

¿Cómo aprendió lo básico de cuidar un bebé? Fácil, algunos de los omegas donde se paraba para prostituirse, le aconsejaron y ayudaron con Yuu. Es por eso que hoy sabe lo que sabe, y esta agradecido por eso. Se preparo como de costumbre y agarró el nuevo bulto de Yuu, ya con sus cosas adentro. Se marchó a su primera parada del día, la iglesia del centro. Ahí repartían comida gratis a los deambulantes, personas necesitadas y en fin, al que quiera venir a comer de gratis.

Hizo la fila como todos los días. Saludo a las monjas, al padre y los voluntarios que ayudaban a repartir la comida; entre otras cosas para coger su comida y la de Yuu, seguidamente. Fueron a sentarse a comer al lado de la iglesia, en un banco no muy alejado del lugar. Era una mañana agradable, carcajeó con un pedazo de manzana en su boca al ver a Yuu corretear a unas mariposas que aleteaban por los arbustos.

— ma' -llamó el pequeño y sonrió-

— ¡woah! hay muchas aquí -comentó al acercarse a su hijo frente a los arbustos-

Yuu, quien llegaba a sus rodillas y piel pálida así como la suya. De cabellos negros, lacios y ojos azules. Era un buen hijo, y lo amaba demasiado. Le baño con su esencia al abrazarlo y frotar su muñeca con la contraria, para que se impregnara su olor agrió en él. Le cambió el pañal y tiró los desechos a la basura para tomar a su hijo de la mano y emprender su camino hacia su próximo destino. El cual era ir por el vecindario a recoger cartones y plástico para intercambiar en el centro de reciclaje por dinero.

Ya no se prostituía como antes, los clientes no le querían por el hedor amargo y agrío que desprendía. Más por su edad, pese a ser un omega. Así que solo vendía su cuerpo a aquellas personas que no les importaba su hedor debido al celo con el que ya venían. Haru ató una soga ya gastada, alrededor del torso de su hijo y su propia muñeca para poder comenzar a recoger las cajas y también para que su hijo no se perdiera. Yuu también ayudaba, tan solo con cargar un pedazo pequeño de cartón o una botella de agua vacía. Las pocas cosas de reciclaje que recogían con sus manos, las entregaban al centro de reciclaje para recibir el dinero a cambio.

Para luego volver a buscar más material de reciclaje por el vecindario e ir al centro y así consecutivamente. Daba como alrededor de 15 a 10 vueltas al día, del vecindario al centro de reciclaje a cambio de dinero. Al final del día, regresaba a la iglesia donde había ido a la mañana para hacer cola en la fila y siempre rezaba para poder llegar a alcanzar un plato de comida, aunque sea un pedazo de pan para su hijo, que ya dientes tenía. Porque había ocasiones en donde no alcanzaba un plato de comida y se tenia que ir a dormir con su hijo con el estómago vacío. Las filas eran siempre largas, lo que la gente no veía era que el porcentaje de pobreza en la sociedad andaba en crecimiento. Ya no había mucha clase media, al final o eras rico o pobre, pero no podías estar en medio.

Haru suspiro con pesadez al ver que otra vez se iba a quedar sin un plato de comida por la larga fila que había, así que decidió ir a pedir por las calles. Levantó a su hijo del suelo y lo cargo en brazos junto a su mochila. Escuchó los pequeños ronquidos que soltaba su hijo de sus finos labios mientras el le palmaba su espalda con suavidad. Se recargo de una pared y espero, pero nadie pasó.

Hoy no habrá de cenar

Volvió a su pequeña casa de cartón y arbustos en el cementerio. Saludo a sus vecinos, las lapidas, y luego se adentro a su guarida. Cambió el pañal de su hijo y lo abrigo para recostarlo en una de las esquinas más calientitas de su pequeña casa. Katou partió a la mitad las frutas que compró ayer y las echo en el biberón de su hijo, se lo daría con leche como desayuno. Al menos su hijo tendrá que comer cuando se despierte y con el dinero que le sobro de ayer y el dinero que obtuvo hoy, puede volver a los baños públicos y comprarle un abrigo a su hijo ya que comenzaba hacer frío en las noches.

Se había propuesto el trabajar duro para que su hijo, Yuu, no tuviera que ser un el cuando creciera. El leer y escribir se le dificultaba, y las palabras que una vez en su vida aprendió, ahora ya no las recordaba. Haru cubrió su boca con sus manos temblorosas y sollozo en silencio para no despertar a su hijo.

Daba pena y tenía hambre

Los días se volvieron semanas y las semanas en meses para con eso llegar Agosto. En Agosto llegó la lluvia y con eso el frío y la brisa. Las pálidas mejillas de Yuu, se tornaron rosa y luego en sudor para acabar en una toz con flema. Al medio día de un día en Agosto, ambos recogiendo reciclaje por otro vecindario; Yuu se desplomo en el suelo.

Nunca se quejo con Haru

El reciclaje cayó al suelo y Haru abrió sus ojos desmesuradamente en pánico, al ver a su hijo en el suelo con sus ojos cerrados. Rápidamente cargó a su hijo en brazos y corrió fuera del vecindario hacia la calle principal ¿A dónde podría llevarlo? Los ojos de Katou se aguaron y finas lágrimas escaparon de ellos. Corrió por la acera, tambaleándose un poco al chocar con otros transeúntes, los cuales le gruñeron y otros le miraron mal.

Sorbió por la nariz y le susurro al oído a su hijo: "buscaré ayuda", "papá esta aquí", "yo te protegeré". mientras le sostenía fuertemente en sus brazos. En un cruce se detuvo para recuperar el aliento y justo cuando levanto su cabeza para mirar a su alrededor, gotas de agua cayeron sobre el. Logrando que el gentío en las calles se esparciera, buscando refugió, pero no Haru. Con más fervor, comenzó a correr cuando la luz dio verde, sin darse cuenta. Con gotas de lluvia y lágrimas, nublando su vista, no se percató del Rimac C Two de color negro que iba directo hacia el hasta que escuchó el chillar de las gomas haciendo eco en las calles de Japón, ahora medio vacías por la lluvia.

Giró un poco su cabeza para ver que pasó debido al estruendoso sonido que lo aturdió unos segundos, y solo vio un auto de color negro. Sin más siguió corriendo hasta llegar al otro extremo de la acera para seguir su camino y así llegar a la estación de policía. Allí uno de los oficiales, amable al principio, le atendió y trató de calmar su histeria.

— ¿Qué necesita? debería volver a casa con su pareja, joven. -el oficial de policía frunció el ceño al ver el cuerpo de ambos seres frente a el empapados por la lluvia-

— U-Usted no entiende, m-mi hijo... -sollozo mientras su cuerpo temblaba junto al de su hijo- llame al oficial Kame. -con sus ojos suplicaba- El me ayudará, por favor.

— ¿Kambe? -carcajeó- no existe tal policía con ese nombre. -se burló- Es mejor que vuelvas a casa o ¿Quieres pasar una noche en la celda? -enarcó una ceja-

Haru iba a refutar y decirle que sí, existía un policía con ese nombre, pero vio a este palidecer. Cuando iba a girar, sintió algo cálido cubrirle los hombros y cuerpo ¿Qué era? ah, un abrigo largo de color negro. Se levantó y encaro a la persona que lo cubrió para encontrarse frente a Kambe.

— K-Kambe -murmuro y sorbió por la nariz- ayúdame -suplico-

Kambe le miro serio y luego fijo su vista en el pequeño niño, que si no mal recordaba era el hijo del omega, que lucia en un estado deplorable.

— esta bien

El oficial suspiró aliviado cuando los vio marcharse de la estación.

Nota: Gracias por el apoyo con esta historia. Estaré publicando la otra el domingo lo más tardar. ¡Buenas Noches!

A Soul Battle Where stories live. Discover now