XII

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Me disfrazo de ti...

23 de marzo, 1998

Por fin, después de semanas sin un leve resquicio de avances, habían conseguido algo. El guardapelo de Slytherin, que albergaba parte del alma de Voldemort, había sido destruido. Y con la espada de Gryffindor.

Todavía recuerda la inquietud que sintió cuando escuchó la voz de Harry llamarla con urgencia, como si hubiera pasado algo grave. Y más aún su sorpresa cuando, al salir de la tienda y aproximarse hacia donde provenía la voz de su amigo, se encontró con dos elementos que no concordaban con la monotonía en la que se habían convertido sus días.

Lo primero fue ver a Harry sujetando el guardapelo por la cadena, este estaba ennegrecido y además estaba abierto. Y lo segundo, y más sorprendente, fue ver a Ron (después de varias semanas) sujetando firmemente la espada de Gryffindor, la cual llevaban buscando prácticamente desde que empezó la misión.

A pesar del alivio que sintió ver a su amigo sano y salvo después de tanto tiempo, no pudo evitar que una leve furia recorriera todo su ser en cuanto le vio, incluso no pudo evitar lanzarle algunas hojas secas del bosque y decirle cuatro cosas, lo necesitaba. Por haberles abandonado cuando más lo necesitaban.

Una vez Hermione se calmó, Ron les relató lo que estuvo haciendo esos días que estuvieron separados, cómo trató de volver a encontrarles y sobre todo, les advirtió que ahora el nombre de Voldemort se había convertido en tabú.

Los días fueron pasando, y aunque Hermione seguía algo cabreada con Ron, no pudo evitar alegrarse por estar juntos de nuevo otra vez. Sentía que volvía a recuperar fuerzas de la nada.

Ahora mismo se encontraban sentados alrededor de la mesa de madera de la tienda, debatiendo si era seguro hacerle una pequeña visita a Luna Lovegood y su padre, pues Harry estaba seguro de que podrían averiguar algo sobre el extraño símbolo que llevaban viendo allá por donde iban.

—   Yo voto que no- dijo Hermione, y ante la cara de sorpresa de Harry prosiguió- no es seguro, mira lo que nos pasó cuando fuimos a Godric's Hollow.

—   Estamos hablando de Luna y su padre, Hermione -argumentó Harry.

—   Eso no quiere decir que estemos a salvo, podrían estar bajo un hechizo o podrían estar vigilando la casa. Ellos saben que El Quisquilloso es la única revista que ha tratado de apoyarte desde que Quien Vosotros Sabéis volvió -un escalofrío recorrió la espalda de la Gryffindor- no sé, no quiero repetirlo, tengo un mal presentimiento.

Hubo un breve silencio que fue interrumpido por la voz de Ron, temeroso de hablar:

—   Hermione, ya sé que estás mosqueada conmigo pero...en esto tengo que apoyar a Harry. Si hay alguien de confianza que puede decirnos que significa ese símbolo, es el padre de Luna. No tienes ningún libro donde buscarlo, ni tampoco podemos acudir a ninguna parte sin que nos vean...no queda otra. Y estoy seguro que ese símbolo nos llevará a algo.

Hermione soltó un resoplido ante la falta de argumentos para poder rebatirle a sus amigos, se sentía frustrada. Debía reconocer, que muy en el fondo, no les quedaba otra. Tenían que tirar por algún lado.

—  Es peligroso -se limitó a decir la castaña.

—  Por eso iremos con cuidado -le tranquilizó Harry- a partir de ahora, ni en la cálida sala común de Gryffindor estaríamos seguros, así que estaremos atentos por si tenemos que huir con rapidez.

—  Está bien -dijo Hermione con pesadez.

No iba a insistir más. Sus amigos podían ser inteligentes, pero algunas veces eran unos cabezotas cuyas ideas jamás podían cambiar independientemente de lo que les dijesen.

Con Las Ganas - DramioneWhere stories live. Discover now