Trece

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—Ya no queda espacio en este auto.

Suspirando, cerré la puerta del auto donde acababa de subir a Génesis y observé como la mayoría de mis compañeros se alejaban en él. De pronto todo el cansancio azotó mi cuerpo y solo pensé en que quería ir a casa, sin embargo, quería asegurarme de que mis ebrias compañeras llegara  a salvo a sus casas. Además, tampoco era tan tarde.

Cuando comencé a buscar mi celular en mi bolso para pedir un taxi que me llevara al otro bar, escuché cómo Ronin le daba indicaciones a un auto al lado mío y se despedía con la mano de alguien en el interior del mismo.

—¿Te dejó el resto? —preguntó Ronin con gesto divertido.

—Al parecer ya no había espacio —contesté encogiéndome de hombros.

—Andando —dijo señalando al otro lado de la calle—. Mi auto está por aquí.

—¿Manejarás después de tomar? —cuestioné intentando zafarme de tener que irme con él y su novia psicópata.

—Tengo chófer.

Dudé de nuevo, pero luego recordé que ni siquiera sabía exactamente dónde estaba el lugar. Además, Ronin parecía simplemente querer hacerme el favor de no dejarme tirada en medio de la calle luego de que los demás se fueran.

Crucé la calle detrás de él. Ronin me abrió la puerta trasera del auto y luego subió detrás de mí rápidamente. Esperaba ver a Amaia clavándome su mirada de desdén dentro del auto, pero no había rastro de ella.

—Creí que Amaia vendría contigo —comenté extrañada.

—Sus padres no la dejan salir tan tarde —explicó—. Así que la mandé a su casa hace un momento.

—Ah, era de ella de quien te despedías —deduje.

Ronin asintió.

—¿Quieres algo de tomar? —preguntó sacando una pequeña botella de whisky de uno de los compartimientos del auto.

Negué con la cabeza, a lo que él se encogió de hombros y comenzó a beber durante todo el trayecto al lugar. Para cuando llegamos, lucía algo tomado. Incluso se tropezó un poco al bajar del auto, pero lo ignoré y me dirigí al interior del lugar para buscar a Génesis y al resto de nuestros compañeros.

—¡Deben estar arriba! —gritó Ronin en mi oído y lo seguí escaleras arriba.

Ronin saludó al bar tender que estaba en la parte de arriba del lugar y le pidió que me sirvieran una bebida, pero yo solo comencé a sentirme inquieta al no ver a ninguno de nuestros compañeros en el área donde estábamos.

Ellos salieron primero del lugar, ya deberían estar aquí.

—¿Seguro que no están en otra parte? —pregunté siguiéndolo hacia una de las mesas privadas.

I'm In Love Too • KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora