Capítulo 16.

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Advertencia: Contenido sexual explícito. Sexo Vainilla (suave, tradicional).

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A veces la vida da giros de ciento ochenta grados sin avisar, con situaciones que te llevan al límite y de las cuales te esfuerzas por superar. Sea bueno o malo, los cambios son evidentes a cualquier hora del día. Pero lo que no esperaba Jace era que su vida cambiara de dirección con una noche más.

No era la primera vez que iban a coger, pero ¿por qué lo sentía tan diferente? Tal vez porque ahora sus labios se buscaban mientras tropezaban hasta la habitación de Cooper, o porque este no estaba siendo un salvaje animal en busca de saciar sus deseos.

En cambio, lo acariciaba demasiado, lo besaba con ternura, y lo sostenía para que no cayera al suelo mientras tropezaba. Puesto que parecía más importante para ambos mantener sus labios juntos que tratar de no caer al suelo.

Llegaron al cuarto, Cooper se separó para cerrar las cortinas movedizas, y Jace, sin esperar un poco, se deshizo de su chaqueta, de su camisa, y de sus zapatos. Se acercó al mayor, que parecía estar verificando algo en su celular, y lo abrazó por la espalda.

"Ven" Jadeó a su oreja, y Cooper se giró en los brazos del chico, abrazándolo de igual forma. Se sentía tan seguro en los brazos del mayor, tan completo, que su corazón iba a salir de su garganta si seguía pensando en ello. Cerró los ojos, disfrutando del tacto, de las manos del hombre acariciando su espalda desnuda, y delineándole la curva de sus huesos.

"Tienes... ¿Tienes algo que haces el veinticinco?" Jace salió de su dulce sueño, levantando el rostro para mirarlo. ¿Veinticinco de diciembre? No que recordara.

"No, ¿por qué?"

"Es navidad" Susurró. Jace cayó en cuenta de ese detalle, abriendo un poco los labios. Se había olvidado de ello, tal vez porque, desde que se mudó a la ciudad, pasaba la navidad ensayando, en trabajos de medio tiempo, y tomando alcohol con sus amigas. Pero estas, ese año, habían decidido volver a sus casas, con su familia. Él no, no deseaba volver al pueblo. "Me gustaría que la pasáramos juntos" De nuevo una expresión de sorpresa, más marcada. No se esperaba aquello, Cooper era demasiado cerrado y orgulloso para pedir algo.

"Sí" Soltó de inmediato, esperando que no se arrepintiera. El mayor ladeó el rostro, y Jace subió sus manos a las mejillas de este. "Pasemos navidad juntos. Te daré el mejor regalo" Qué emocionante, hace mucho no celebraba fiestas.

"Ponte un listón y ya está" Fue muy sincero, pero al tiempo, seductor. Se acercó al cuello del chico, y comenzó a darle beso tras beso por este. No era el tipo de hombre que disfrutara las cursilerías, pero... deseaba tanto consentir a Jace, llenarlo de besos, que ese lado dulce salía a flote.

"Eso será el postre" Rió, pues los besos que Cooper le daba, estaban provocándole cosquillas, junto a la poca barba de este. Sus manos fueros a retirar la chaqueta del mayor, haciendo que cayera por sus brazos al suelo.

Volvieron a mirarse, y se unieron en un beso, caminando en este hasta llegar a la cama. Se sentaron allí, y simplemente, continuaron besándose, encajando sus labios, saboreando la saliva contraria, encontrando sus lenguas y acariciándose poco a poco. Cooper recorrió con sus manos el abdomen desnudo del menor, y este subió la camisa del mayor, haciendo que el beso se cortara mientras esta salía disparada a algún lado del cuarto.

Jace besó la mejilla del mayor, bajó por toda la extensión de su cuello levemente velludo, y acarició con sus manos los abdominales del hombre. Enredó sus dedos en los vellos castaños que se perdían al interior del pantalón, y continuó besándolo.

Adicto. |Henray|Where stories live. Discover now