𝟭. ピンク. 𓈃 🍓 )

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Salir casi a las once de la noche de tu lugar de trabajo era algo de por sí peligroso, y aún más cuando las calles de Seúl estaban vacías de no ser por uno que otro auto que pasaba. Él, de cabellos rubios platinados, ojos pequeños y un pequeño lunar bajo de uno de ellos juntó sus manos esperando que de esa manera pudiera obtener aunque fuese un poco de calor en su cuerpo, sin mucho éxito terminó por darse por vencido, ya después podría encerrarse en su hogar donde el aire estaba acogedor, buscó entre sus cosas las llaves de su Aveo para al fin irse a casa donde posiblemente un plato de comida le estaba esperando junto a su maratón de películas de ese viernes.

Sin embargo, un estruendoso grito detrás de él lo alertó y se giró encontrándose la figura de alguien corriendo hacia él, en vez de correr se quedó pretrificado en ese mismo lugar.

Su lobo gritaba que saliera de ahí, pero lo detenía un olor dulce, un olor a fresas.

Un poco atontado seguía escuchando las quejas de su lobo quién saltaba asustado y aullaba para que le hiciera caso en salir de ahí, pero él era una persona curiosa así que siguió ahí parado cual poste de luz y cuando aquella persona llegó a ser más visible para sus ojos todo pasó muy rápido.

—¿Estás bien, te vienen persiguiendo?

Unos ojos pequeños y mejillas regordetas lo miraban con terror.

—¡Por favor, sáqueme de aquí! —rogó aquél chico, sus cabellos castaños como las avellanas se encontraba frente a él— ¡N-No lo conozco ni usted a mí, pero s-sálveme, sáqueme de aquí!

Indeciso, el alfa se planteó la idea de llevárselo a su casa. Pasando una mirada alrededor de todo el perímetro en búsqueda de un criminal o algún degenerado que quisiera hacerle daño al joven, quién parecía un poco menor a él.

El chico lloraba, cosa que conmovió al alfa.

—Nos iremos, pero deja ya de llorar.

Encontró las llaves y ambos subieron al auto, el menor se abrazó a sí mismo en el asiento de copiloto mientras el de cabellos platinados le dirigía una mirada crítica, buscando alguna señal de mentira, pero alguien no temblaba así por que quisiera, ¿no? De igual forma él quería creer que al pequeño omega le había sucedido algo horrible en vez de pensar que podría estar aprovechándose de él. Sí, definitivamente aquello sería una gran y enorme tontería.

Su lobo se sentía curioso de saber más acerca de ese chico, pedía por qué le dijeran su nombre.

—Escucha- uhm...

—Ji-Jisung, Kim Jisung... —dijo en voz baja— vivo unas calles más abajo, así que podría dejarme en la avenida. Me iré solo, no se preocupe.

—¿Siquiera sabes qué hora es, Jisung?

El omega alzó la vista, confundido y mordió su labio inferior.

—Tomaré eso como un no —dijo el alfa moviendo el volante hacia la derecha, rebasando uno que otro auto.

—... ¿Es doctor?

Jisung miraba con curiosidad su blanca bata debajo de aquél abrigo oscuro.

—Podría decirse, soy un psicólogo.

Jisung no había dicho nada más al escuchar eso podría decirse que hasta hizo una mueca de desconcierto cuando el de cabellos platinados miró de reojo en su dirección; incluso llegando a sentirse levemente ofendido de que no le preguntase su nombre, pero lo ignoró rato después concentrado en el camino, iba aspirando a medida que las ruedas giraban el delicioso aroma a fresas del omega. No iba a decirlo en voz alta, pero sí le gustaba aquél olor, al llegar a donde estaba la supuesta calle donde el castaño iba a bajarse el alfa no detuvo el auto y en cambio se giró a mirar al menor.

  ݁      incomparable     𝄒  ⠀hyunsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora