Capítulo 20

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—Qué, qué, qué...

La incredulidad se extendió por el rostro de Teramore.

—Qué tonto —susurre.

—...

—Espera, viejo. El duwe ponto se entelara de esto. ( Espere, viejo. El duque pronto se enterará de esto).

Pasé junto a Teramore con una sonrisa. Cogí la mano de Henry y salí de la habitación. 

 —¿Estas loco? ¿No tienes miedo?

Miré a Henry con la cara rígida. Quizás se sorprendió al verme interferir con el esfuerzo de Teramore, pero parecía ser algo bueno. La pared entre él y yo ha desaparecido un poco.

—Vas a tener problemas. Teramore es un tipo malo. 

—No tengo miedo. 

 —...

—Gente mala golpeando a Heny. No tenwo ningun miedo.  (Gente mala golpeando a Henry. No tengo ningún miedo).

Los ojos de Henry se abrieron como platos mientras hablaba con determinación. Realmente no le tengo miedo a Teramore. He conocido a innumerables personas terribles antes y Teramore es solo otra de ellas. Es solo un pervertido enfermo que siente placer al abusar de los niños.

Estoy más preocupado por Henry. Las mejillas que golpeó Teramore ahora están rojas e hinchadas e incluso su cuello crujiente está arrugado.

—Vayamos al duwe. Heny está hewido. ( Vayamos con el duque. Henry está herido).

—Eso es suficiente.

Heny...

—¡Eso es suficiente!

Henry grita, la terquedad pinta sus ojos.

—No le cuentes a nadie sobre hoy.

Henry luego se aleja. 

No es que no entienda la mente de ese niño. Los niños maltratados suelen pasar toda su vida evitando a los demás o creciendo de forma agresiva. Como tal, se desarrolló un trauma. Incluso yo, que he renacido tres veces, no puedo confiar completamente en la gente debido a mis vidas pasadas.

Suspiro mientras veo desaparecer la espalda de Henry.

(...)

Teramore caminó de un lado a otro por el pasillo mientras rechinaba los dientes con ira.

¡Esa loca...!

—¿Qué es? Te twató con amoó, hijo de puta. 

Siempre que Teramore recordaba la expresión del niño, sentía que su ira aumentaba una vez más.

¡No es hija del destino, es un demonio! Ese pequeño demonio debe haber sido enviado por la iglesia para espiar a Dubbled. ¡¿Pensó que iba a asustarme con su pequeño acto?! 

Teramore apresuró sus pasos hacia la oficina del duque y llamó a la puerta.

—Esto es Teramore, señor. 

Pronto escuchó la respuesta del duque, aprobando su entrada. Teramore entró en la habitación con una cara llena de emoción, no podía esperar para informar la acción de Leblaine a Dubbled.

—Su excelencia, la hija del destino... —hablo apresuradamente.

—¡Es el viejo!

—¡...!

Leblaine, que estaba sentado en el regazo del duque, sonrió. Teramore se sobresaltó y corrió hacia el niño.

¡Esa niña ya está..!

Blaine | Libro UnoWhere stories live. Discover now