06

7.8K 733 53
                                    

Si el escándalo de JungKook saliendo como un idol gay estaba comenzando a calmarse, los titulares y las noticias de ese día lograron reavivarlo.

"Una noche caliente con el Idol del Kpop JungKook"

Estuvo en cada portal de noticias, en cada noticiero y no había nadie en Corea que no hubiera leído la historia. Incluso Jimin mentiría al decir que no lo había leído.

"JungKook estuvo cautivado por mí desde el momento que me vio. Primero se acercó para invitarme unos tragos, estuvimos hablando y conversando, hasta que me pidió bailar. A pesar que es un idol reconocido con mucha trayectoria en la industria, fue muy amable y un poco coqueto. En el momento en que nos besamos por primera vez, fue cuando tomaron la fotografía. Él estaba un poco avergonzado de que lo hayan atrapado, entonces me dijo que prefería tener más privacidad y me llevó a su habitación de hotel. Estuvimos toda la noche ahí."

Jimin deseó lanzar su teléfono contra la pared cuando leyó eso. Más de la mitad de su historia era mentira y claramente nadie le había preguntado a JungKook su versión de los hechos. Aunque de nada importaba si lo hacían, la credibilidad del menor estaba por los suelos luego de la manera en la que salió del armario.

Calmándose, Jimin terminó de leer la historia completa y luego fue a otra, y a otra, leyendo cada una de las noticias relacionadas al tema. Todas eran iguales de prejuiciosas y obtusas. 

Desde las declaraciones de JungKook donde decía que no sabía si aún tenía novio, los medios habían hecho una especulación sobre quién podría ser la posible pareja y lo horrible que era JungKook por hacerle eso a su novio. En el artículo, como otros, habla de las deducciones que habían hecho, pero todavía no habían encontrado nada en concreto. La mayoría de los artículos cerraban con un párrafo donde hablaban sobre lo humillante que era que toda la nación supiera de una infidelidad. Y se sintió como si una daga apuñalara su corazón.

Cuando decidió dejar de leer toda esa mierda, sintió como alguien tocaba su puerta. Le extrañó, nadie le dijo que lo iba a visitar hoy. Todavía tenía detalles que resolver sobre el comeback que tendría pronto, y eran muy pocas las personas que lo interrumpían en tiempos como estos.

Jimin al abrir la puerta se encuentra con JungKook. Y contuvo su respiración al verlo. Tenía los ojos completamente rojos, se notaba que había llorado, su piel estaba pálida y reseca, parecía más un fantasma que una persona. Cada vez que lo veía, empeoraba. Apenas Jimin pudo decir algo cuando JungKook entra sin esperar invitación y camina hacia la sala de estar.

Jimin, aún algo aturdido por su presencia, le sigue, cerrando la puerta. JungKook caminaba de lado a lado, sus hombros temblaban levemente, estaba pensando y Jimin no quería interrumpirlo, contemplando el desgaste del menor. 

— ¿Tú me crees?

JungKook se había detenido a mirarlo, sus ojos brillaban ante las lágrimas que contenía y tanto sus manos como su cuerpo, parecían hojas que el viento empujaba. Jimin observó como en sus ojos solo se reflejaba miedo, un miedo abrasador e inseguridad que calaba profundo, totalmente esperanzado por escuchar la respuesta. Jimin nunca lo había visto así en su vida. JungKook se estaba desmoronando de a poco.

— Sí.

JungKook mordió su labio para evitar que temblara, pero su rostro se contrajo y su respiración se aceleró. Comenzó a llorar y sollozar fuertemente, de manera lenta su cuerpo descendió al suelo hasta quedar de rodillas frente a un Jimin sorprendido. JungKook, con lágrimas que no parecían tener final, se abrazó a sí mismo, buscando algún tipo de consuelo bajo la ante mirada de su pareja de años. JungKook comenzó a hiperventilarse más aún y no podía dejar de llorar.

Jimin no tarda en caer junto al menor y lo rodea con sus brazos, acercándolo a su pecho y lo dejó llorar, desahogar todo lo que pueda mientras deja pequeñas caricias en su espalda. No había nada que le doliera más que el dolor de JungKook. Lo extrañaba y verlo así de frágil lo estaba matando por dentro. Lentamente JungKook desenvuelve sus brazos y esta vez los envolvió en Jimin, de a poco su agarre se hace más y más fuerte hasta el punto que asfixiaba a Jimin, pero el rubio no se quejó, el menor necesitaba de eso. Jimin sabía lo que JungKook estaba haciendo, se estaba aferrando a él, como si esa fuera la prueba de que lo que estaba pasando, era real.

Los minutos pasaban y ellos aún se encontraban en suelo del departamento de Jimin, abrazados y solo con el sonido de los sollozos de JungKook.

De a poco el llanto angustiante de JungKook se calmó y Jimin lo ayudó a levantarse del suelo para llevarlo al sofá. Esta vez se sentaron juntos, uno al lado del otro. Y a pesar del cambio de lugar, JungKook se rehusó a soltarlo, sus manos estaban posadas con firmeza en la cintura del más bajo. No quería dejarlo ir. No quería perderlo.

— Hey... JungKook, está bien, sé que es mentira todo lo que dijo.

JungKook lo miró, Jimin pudo apreciar su rostro empapado de lágrimas. — Estos días han sido horribles, Jimin — Hipó. — No puedo soportarlo más.

— No digas eso — Reprende con fuerza. — Muchas veces hemos hablado de esto. Los periodistas no te conocen y no saben lo maravilloso que eres. Solo se basan en mentiras sensacionalistas. Tú y yo sabemos que nada de lo que dicen es real.

— Me he sentido tan solo, asustado... Te he necesitado tanto, Jimin.

Jimin sintió un pinchazo de culpabilidad. Sabía lo difícil que había sido para JungKook y ahora, sería mucho peor luego de la entrevista del chico. Pero su propio dolor le impidió estar al lado de JungKook en todo su camino.

Quizá, de cierta manera necesitaba esto. Necesitaba las mentiras del hombre que JungKook besó. Necesitaba una confirmación, de que JungKook no quiso serle infiel deliberadamente. La confianza que habían construido durante años, había sido destruida en una noche, las palabras del menor no le bastaban, y ahora, después de esa entrevista, una pequeña ventana se abría. 

— No ha sido fácil para ninguno de los dos, y lo siento, pero necesitaba mi espacio para decidir qué hacer con nosotros.

La sola mención del estado de su relación, hizo que JungKook se tensara como piedra. JungKook miró a Jimin con miedo, un miedo ensordecedor que reflejaba lo vulnerable que era JungKook. — ¿Me vas a dejar?

Su voz salió como un hilo, desolado.

— No. Te amo. Creo que hay cosas que tenemos que solucionar juntos — Jimin llevó una mano a su mejilla y limpió sus lágrimas, dándole una pequeña sonrisa que no llegó a sus ojos. — No te voy a mentir, será difícil y me va a costar trabajo volver a confiar en ti, pero creo que podemos hacerlo funcionar.

JungKook jadeó ruidosamente y lo abrazó, entregando todo su corazón. Enterró su rostro en el pecho de Jimin, con lágrimas silenciosas cayendo. Estas eran lágrimas de felicidad a comparación de las que había derramado durante tanto tiempo. En toda la mierda que estaba viviendo, Jimin volvía a ser esa luz al final del túnel.

— Ya, JungKook, creo que es hora que descanses — Acaricia su cabello, jalando un poco para que se separara.

— Sí... Es hora que me vaya — Pasando una mano por su rostro, avergonzado, seca sus lágrimas y le da una pequeña sonrisa. A pesar de su rostro pálido y sus ojos enrojecidos, se veía mucho más aliviado. Un peso de sus hombros había desaparecido y gracias a ese momento, había rejuvenecido un par de años.

— Tengo una habitación extra — Las palabras salen de su boca antes de poder pensarlo. Por un segundo duda y JungKook también lo miró vacilante, no quería llevar las cosas rápido, pero dentro de su corazón, no podía dejar a JungKook irse en ese estado. — Digo, para que no hagas el viaje de vuelta.

JungKook suspiró agradecido y asintió. — Gracias, Jimin.

Esas palabras eran mucho más profundas que solo el significado de dejarlo pasar la noche. Le estaba dando las gracias por darle otra oportunidad a su relación, por no dejarlo y quedarse a su lado.

Trust Me →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora