Capitulo 7

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


—¡Buenos días dormilona!—Tenten abrió mucho los ojos, tratando de recordar el porqué despertó en la habitación de Deidara, totalmente desnuda y con marcas de chupetones por lugares privados de su cuerpo.

—Ahhh—se quejó la castaña del dolor de cabeza, que la golpeó de pronto—¿Que hora es?—preguntó algo pérdida, pero ya con los recuerdos llegando uno a uno, en forma de flashback.

—Son las once—respondió apretándole mas el agarre sobre la cintura de la chica. Ella no respondió nada—¿Que hacían ustedes tres en ese lugar y peor aún, bebiendo de esa manera tan irresponsable?—cuestionó el rubio en forma de regaño.

—Fue idea de Ino...ella se sentía muy desolada y nos propuso acompañarla—la castaña se preguntó como estaría Ino—Hina y yo no podíamos dejarla sola y pues, lo demás ya lo sabes—concluyó Tenten.

—¿Y estas segura que Hinata se quedó conforme con el amargando?—cuestionó incrédulo, recordando que la noche anterior, ella no llegó con Tenten y esta a su vez, le contó que se quedaría con el Senju.

—Si, de hecho ellos parecen entenderse muy bien...creo que hay mucha química entre ambos—declaró sonriente, recordando el rostro de Hinata cuando la dejo a solas con él.

—Ahora debo irme—declaró Tenten, intentando levantarse de la cama.

—No iras a ningún lado...Hoy es sábado y no te dejare salir de esta habitación hm—el rubio recostó a la fémina y sin perder el tiempo se introdujo dentro de ella, para comenzar con los gemidos y jadeos, que se escucharon por la madrugada.

[...]

—Dijiste que nadie te visita hermanito—soltó Hashirama en voz alta, sin saber quien era la persona que había llegado a interrumpir la comida.

—Guarda silencio y vamos a ver de quién se trata—murmuró Mito sonriendo y al castaño le pareció buena idea, así que también se puso de pie para ir a ver lo que obviamente no era de su incumbencia.

—L-lamentó mucho mi intromisión...aquí tiene, ojalá que le guste—Hinata le entregó la caja y unas bolsas a Tobirama, quien en ese momento se quedó con las dos manos ocupadas. Ella se dirigió hacia la puerta con la intención de marcharse antes que alguien mas pudiera verla.

—Espera...por favor no te vayas, no interrumpes nada—dejando los paquetes en los brazos de sus sobrinos, se apresuró a detenerla, pues no podía dejarla marcharse así.

—¡Hinata!—la llamó Mito, dandole un codazo a Hashirama para que supiera que era ella de quién estuvieron hablando tiempo atrás—Que sorpresa...Ven, acompáñanos a comer—sin tiempo a negarse, la pelirroja la estiró del brazo para llevarla hacia el comedor.

—Que guardadito te lo tenías—le dijo Hashirama a su hermano, con una sonrisa cargada de burla y en tono bajo, para que solo él pudiera escuchar.

—Cierra la boca—ordenó el albino, mientras avanzó hacia donde su cuñada se llevó la ojiperla.

—¿Podemos probar esto?—preguntaron los dos niños desde la cocina, donde ya habían abierto el pastel y el helado—¿Podemos señorita?—el más pequeño se acercó a Hinata y junto las manos en su pecho en forma de súplica.

—Niños, primero debemos presentarnos, de lo contrario la señorita pensará que no tenemos educación...Hashirama Senju para servirle—Hashirama extendió la mano hacia la ojiperla, que aún sonrojada y temblorosa, la tomo correspondiendo el saludo.

Dolorosas Verdades.Where stories live. Discover now