capítulo 2 ✦

15.5K 1.4K 939
                                    

—Y dime ¿Donde están los hijos de perra? —pregunté mirando el techo y mordisqueando las uñas de mi mano izquierda. Erwin suspiró y golpeó mi mano para que me detuviese.

—Si no dejas de comerte las uñas volverás a usar guantes, y nadie quiere eso ¿O si? —bufé ante sus palabras. Odiaba que aún me siguiesen tratando como una niña pequeña que necesita que constantemente la vigilen para que no haga estupideces.

Esta bien, constantemente hago estupideces pero ahora soy una mujer adulta y me hago cargo de ellas.

Volví a mirar hacia arriba, esta vez encontrándome con los criminales desplazándose con sus equipos de maniobras tridimensionales, como la pagina conveniente de un libro de romance.

¡Eso no es justo! A ellos seguro nadie les enseñó a usar el equipo y lo manejan como los mismos dioses.

—¡A por ellos! —gritó Erwin. Todos los soldados se desplazaron usando su equipo de maniobras y comenzaron la gran persecución.

Debido a mi poca habilidad a la hora de usar el equipo de maniobras, Erwin decidió que sería mejor que no fuese parte del equipo de persecución y solo me dedicara a hablar con los crimínales y, solo si era necesario, golpearlos.

¡Con tan solo pensarlo se me acelera el corazón! ¡Podré hacer lo que quiera con esos grandes bastardos!

Habían fijado un punto en donde el escuadrón se juntaría con sus trofeos, así que ahí me quede a esperar a que alguien trajera algo para mi. Tenía algo de tiempo así que saqué un pequeño espejo de bolsillo y arreglé mi cabello.

Siempre hay que dar una buena primera impresión ¿No?

Mike y Erwin llegaron con el primero, este era un chico de baja estatura, cabello negro y una evidente molestia. Su mirada era intensa así que con nervios le coloqué sus esposas y lo puse frente a mi. Le tomé el rostro con mis dos manos y comencé a observar desde cerca las finas facciones de su rostro, era casi como el de una muñeca de porcelana pero más aterradora.

—El primero siempre es el más fuerte y callado ¿Eres el líder? —pregunté. Él apartó su mirada con molestia, ignorando mi pregunta— Tienes un rostro tan lindo ¿Por que lo arruinas con ese ceño fruncido?

Me acerque lentamente a su oído, rozando su mejilla y sintiendo su respiración en mi cuello. Tome un poco de aire y con delicadeza le pregunté:

—¿Donde aprendiste a usar el equipo?

Tal vez lo odiaba por querer asesinar al hombre que me ha cuidado desde que soy una niña, pero debía satisfacer mi curiosidad.

—Llevo años en la Legión y no puedo  manejarlo tan bien, si sales de esta ¿Me enseñas a usarlo como tú lo haces?

Me alejé de su oído para volver a mirarlo con intensidad. Para mi sorpresa su expresión ahora estaba más relajada aunque confundida, y justo cuando pensé que ya lo había visto todo él ... ¡Él me sonrió! No era la sonrisa más bella del mundo y ni la más brillante, pero en definitiva era sincera.

Quise moverme pero mis músculos dejaron de responder, había quedado en un estado de shock. Sentía como me ardían las mejillas y mi cabeza daba vueltas.

—¡Capitana, tenemos a otra! —dijo uno de mis compañeros llevando en brazos y jalándole el cabello a una chica pelirosa. Ese compañero me dio la fuerza que necesitaba para regresar de mi viaje a las nubes.

—Tendremos que hablar después, que pena —lo tome por los hombros y lo obligue a agacharse, azotando al mismo tiempo su cabeza contra el suelo. Aún no sé su nombre pero me agrada un poquito.

𝐇𝐚𝐧𝐚𝐛𝐢 𝐡𝐞𝐢𝐜𝐡𝐨𝐮-𝐬𝐚𝐦𝐚 【𝐋𝐞𝐯𝐢𝐱𝐎𝐜】Where stories live. Discover now