Momento Random en la vida y obra de Amity Blight Vol. 1

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Nos encontramos en la residencia de la familia Blight, concretamente en la habitación de Amity

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Nos encontramos en la residencia de la familia Blight, concretamente en la habitación de Amity. Esta última estaba sentada en su cama junto a la mejor hermana mayor de las islas, Emira, mientras dialogaban de un serio tema que atormentaba el pobre corazón de la menor.

Amity aceptó confesar los amorosos sentimientos hacia cierta chica humana tras la insistencia de su hermana, quién la veía distraída desde hace unas semanas. Aparte, más de una vez la vio dibujando corazoncitos en un cuaderno con las iniciales A+L. Era demasiado obvio como para ocultarlo.

Amity dejó escapar un pesado suspiro antes de confesar, tenía la esperanza que ella la comprendiera y apoyara. Total, si tu propia hermana no lo hace, ¿quién podría hacerlo?

—Si dices una palabra de mi secreto, ¡juro que quemaré tu ropa, la coceré y la volveré a quemar! —advirtió, señalándola amenazadoramente con su dedo índice.

Emira asintió, dejando escapar una leve risilla acompañada de una burlesca lágrima que resbalaba por su mejilla derecha. Es decir, el fuego consume todo, sería imposible para Amity volver a cocerlo. Lástima que en ese entonces no se tomó la amenaza en serio.

—Entonces... —Volvió a su mansa actitud, queriéndole preguntar a Emira su opinión al respecto.

—Ay, hermanita... pues, ¿qué quieres que te diga? No es como que te vaya a tratar diferente. Descubrirte como una niña a quien le gustan las niñas debe verse como lo más normal del mundo —explicó con un suave tono, a la par que daba leves palmaditas en el cabello de la menor.

— ¿Segura?

Emira sintió y Amity dejó escapar un pesado suspiro, aliviada de sacarse tamaño peso de encima. Dejó pasar por esta vez el desastre que la mayor hizo en su cabello, las acertadas palabras fueron suficientes para que se sienta más en confianza con ella.

—Gracias al cielo, Em. Pensé que me tratarías con desprecio, me abofetearías... o molestarías más por no ser peliverde natural.—Amity habló de más en lo último.

Sin dudas, decir; no, mejor dicho, revelar su orientación sexual en voz alta fue muy placentero. Aun así, quedaban muchas dudas en su mente, referidas a las relaciones o cómo sobrellevar el posible rechazo.

—Ya eres un bicho raro, tratarte peor sería criminal —rió Emira, pasando de darle palmaditas en la cabeza, a su espalda. Pero no palmaditas suaves, eran fuertes y tenían la única intención de molestarla.

Emira notó la cara de enfado de su hermana después de revolcarse entre risas en la cama. Sentándose una vez más a su lado, se disculpó, comprendiendo por las buenas que no era un momento adecuado para sus habituales bromas.

— ¿Si no le gustan las mujeres?

Amity fue la primera en hablar. No confiaba del todo en Emira para este tipo de cosas, pero de alguna manera era la chica más cercana a ella y entre comillas la más madura en temas amorosos.

Una semana atrapada con ella - Lumity TOHWhere stories live. Discover now