Capítulo 10:

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- lo ví comiéndo hot dog- habla Liv, sentanda en la cafetería en la misma mesa que Tania y Astrid,

- a Astrid, la dejaron sin sexo...

- ¡Tania!- gruñe su hermana, - esto es demaciado, esas malditas huérfanas-

- confieso que me molestó pero no ví mucho interés en esa chica-

- no te confíes- Astrid se acerca como si estuviera a punto de decir un gran secreto, - son unas zorras-

Liv asiente lentamente, - okey, prestare más atención-...

Por otro lado, Killian y Aiden llegan a la mansión de Alessandro. En la entrada hay un guardia, cuando se abren las rejas caminan un tramo hasta llegar al puerta de la inmensa casa. Luego de tocar el timbre, son recibidos por una mujer, la ama de llaves.

- buenos dias- saluda Killian, - ¿El señor Alessandro?-

- los espera- extiende su mano hacia el despacho. Los dos amigos atraviesan la sala, mirando cuidadosamente todos los lujos dentro de la casa y cuando llegan al despacho encuentran a Zac y Alessandro a la espera de los guardaespalda,

- sean bienvenidos- habla Alessandro, teniendo a su lado parado a Zac, - ¿el trabajo anterior terminó?-

- usted nos buscó- sigue Killian,

- para que trabajen para mí-

- muy bien- salta Aiden,- trabajaremos contigo, odio las vueltas una y otra vez, así que ya dinos que pasa aquí-

- vaya, están ansiosos. Primero, ¿por qué no se sientan?-

Con mala cara, los jóvenes se sientan frente a Alessandro, quien está detrás del escritorio,

- ahora si- Alessandro, les regala una media sonrisa, -son guardaespaldas y los quería contratar pero hacen muy bien sus trabajos. De verdad, estoy muy agradecido con ustedes. Son las únicas personas que tuvieron el valor de estar junto a ellas-

- ¿ellas?-

- mis hijas- Alessandro traga saliva,
- Elisabeth y Mackenzie-

Aiden mira a su amigo en busca de una nueva respuesta pero el joven mira fijamente a Alessandro,

- ¿ sus...sus hijas?- salta Aiden,

- si- sigue Alessandro.

- ellas fueron adoptadas, su padre adoptivo murió y su madre adoptiva está casada con otro sujeto- habla Killian.

- Rosie, estaba casada con mi hermano, por eso llevan el apellido el Blackburn- Alessandro respira hondo, - me tendieron una trampa, fui a la cárcel y no podía contactar a mis hijas o las pondría en peligro. Pensé que estarían bien con Rosie- su mandíbula se tensa, - pero me equivoqué-

- ¿por qué no se los dice?- la voz de Killian sube de tono, - ellas sufrieron mucho en manos de esa mujer...

-Killian- interrumpe Aiden.

- Rosie, se olvidó de ellas cuando piso esa mansión- se pone de pie alterando los ánimos, - estuvieron yendo en trabajos tras trabajos, casas donde las echaron ¡y lo primero que haces es decirnos a nosotros!-

Alessandro lo mira fijamente, -ustedes estuvieron con ellas...

- no necesitas contratarnos- suelta Aiden, - cuidamos de ellas y lo seguiremos haciendo hasta el final-

Alessandro se para y se acerca a ellos, - mis hijas lo sabrán todo, pero no puedo simplemente decírselo-

-¿qué pretendes que hagamos?-

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