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—Esta es tu paga.- Jimin extendió un pedazo de papel que representaba un cheque. El alfa lo recibió con ambas manos mientras hacia una pequeña reverencia mostrando su gratitud.

Los silencios incomodos son las cosas que menos tolera Yeonjun en la vida, comienza a sentir sus manos sudar y en cualquier momento cree que su olor puede salir y molestar a los presentes del hospital.

Ahí donde conoció al Omega es en donde Yeonjun se reúne con el mismo para tomar su paga.

—¿Ves alguna mejora?- preguntó el omega mientras se cruzaba de brazos y acomodaba la bolsa que le cruzaba el cuerpo. Ambos parados en la recepción donde el olor a sufirmiento atravesaba sus narices y parecía consumirles por dentro.

—Es como un péndulo, retrocede y avanza pero al final se queda en el mismo lugar.

Jimin se removió en su lugar y dejó salir un gran suspiro.

La enfermedad del señor Kang lo estaba comenzando a consumir y no solo a él, si no también a su familia pero no con un daño físico, era un daño mental.

Yeonjun se permitía sentir lastima por ellos y al mismo tiempo se sentía impotente. Una familia que cada vez comenzaba a ser mas vulnerable en todos los ámbitos y un alfa que no puede hacer algo mas por ellos que sea mas allá de su trabajo.

El omega se fue cuando recibió la llamada de su alfa quien le avisaba que ya estaba en la entrada del lugar, Yeonjun por su parte tomó el transporte publico para ir a su casa.

La soledad era su mejor amiga, él y sus cuatro paredes eran lo único que lo abrazaban en invierno y lo protegían del exterior.

Creen que por ser alfa lo tienes todo, pero Yeonjun tenía nada.

O bueno, eso creía.

Aun se sentía mal de mirarlo cuando era prohibido, de olerlo cuando no debía y de sentirse atraído por quien no es correspondido.

Yeonjun no podía dejar de embriagarse con el olor de ese omega, con el olor de Soobin.

Su mente podría estarle jugando sucio, pero el casi podía jurar que el omega de Soobin le llamaba cada que estaba cerca de él.

Pero de que sirve que su Omega me hable cuando su lado humano no lo hace, se preguntaba.

Tal vez es su propia naturaleza la que atrae a Yeonjun. 

Tal vez solo me siento atraído a él porque es un Omega, pensó.

El camino a su casa fue deprimente como siempre solía serlo. Pero hoy había algo diferente en el ambiente, todo se sentía más triste de lo normal.

El ruido de la ciudad era lo único que escuchaba, a veces Yeonjun extrañaba tanto las voces de sus padres.

Extrañaba tener contacto con alguien querido, con alguien con el que pudiera platicar realmente y desahogarse.

Desahogarse.

Yeonjun no pensó muy bien las cosas cuando bajó del camión para tomar otro que iba hacia una dirección diferente a la de su casa. Ni siquiera lo pensó bien cuando el sol comenzaba a caer y el estaba frente al apartamento de el único hombre que puede llamar amigo.

Tocó un par de veces pero no obtuvo respuesta. Se asomó por la ventana pero no vio nada. 

El ruido proveniente a su espalda lo hizo voltear.

—¿Buscas al doctor Jeon?

Desde la ventana de su apartamento, una jóven le habló.

—Si, soy su amigo.–respondió con un poco de confusión. —¿Sabes a qué hora llega?

To My Future Love [Yeonbin] Место, где живут истории. Откройте их для себя