Capítulo 42

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Siguiendo hacia ti.
(Tercera parte)

Amber.
Me sentí en paz, a pesar del dolor intenso en mi cuerpo. Me desperté y no entendía absolutamente nada. La habitación estaba oscura, y lo agradecí porque incluso la pequeña lámpara al lado mío hacia molestar mis ojos.

   —¿Amber?—escuché una voz teñida de confusión y logré mover un poco mi cabeza para poder ver quien me llamaba.

    —Lu— la voz se me cortó y tosí.

    —Espera un minuto—corrió fuera de la habitación y a los pocos segundos estaba de nuevo. —Toma—me dio un gran vaso de agua y cuando tomé un poco, sentí un gran alivio en mi garganta, que incluso parecía desgarrada por el intenso ardor.

     «¿Qué hace él aquí?»

    —¿Luke, por qué estas aquí?—mi voz salió de milagro y él hizo una extraña mueca de dolor al escucharla.

   Carraspeó un poco antes de hablar.

   —Alguien tenía que cuidarte, y quien mejor que yo...—bromeó, con una sonrisa extrañamente melancólica.—¿Cómo te sientes?

Tomé un poco más de agua para volver a refrescar mi garganta y un mareo hizo que volcara un poco sobre mi.

   —No te preocupes, aquí tienes, llevo uno conmigo todo el tiempo—me entregó un pañuelo azul muy fino que me dio pena ensuciarlo. —Mi papá me hizo adquirir la costumbre, pero nunca lo uso, así que esta limpio.

Asentí y por inercia lo pasé rápidamente por mi pecho.

   —¡Ah! ¡Auch!— solté al sentir un intenso ardor. Él se agarró la cabeza y suspiró.
Los flashbacks regresaron como una película de terror a mi mente. Lleve mis manos a mi cuello y  busque el collar, y noté que no se encontraba ahí.

   —Lo lamento, lamento que hayas tenido que pasar por ello...— no lograba escuchar nada con claridad, lo único que pasaba por mi mente era él.

   «¿Aaron, dónde estás?»

Mis lagrimas cayeron sin parar y Luke solo me miró con tristeza.

¿Por qué se encontraba Luke conmigo, si hace mucho tiempo que no tenia ningún contacto con él?
Recordaba de manera lejana, como Aaron me levantaba de aquella asquerosa cama, y todo se volvía oscuro, entonces... ¿Por qué no estaba aqui conmigo, para calmar este fuego que apoderaba mi pecho?
Me sentía sucia, como si muchas manos tocaran mi cuerpo. ¿Era mi culpa? Yo no había hecho lo suficiente, no había tenido tanta fuerza para apartarlo de mi. Era mi culpa que él estuviera tan enojado conmigo... yo había arruinado su vida.
Mi cabeza estaba revuelta, y mi respiración empezó a ser errática, sentía como el aire abandonaba mi cuerpo y lo único que lograba ver era a Luke con cara de pánico.

    —¡Amber! Tranquila, estas bien...—me abrazó y sentí su calor, aunque no fue suficiente, me ayudó un poco.

   No pude más y grité.
  —¡¿Dónde esta él?!—las lagrimas no dejaban de salir, sentía que me moría del dolor—¡¿Por qué me abandona en un momento así?!—mi voz salió fina y rota. Como me sentía en aquel momento.

   —Yo...Yo no lo sé, Amber—me siguió abrazando.—Pero él te sacó de allí—noté que él sabia de quien hablaba—Él te desinfecto las heridas en tu pecho y cuido de ti todo el dia, incluso reviso tu fiebre una y otra vez por varias horas.

Pero...

    —¿Pero él no está aquí, no?—un gran enojo surgió mientras seguía y seguía pensando la situación. —Se fue cuando lo necesitaba, mientras estoy llorando en esta maldita cama por él...—mis puños se apretaron y intenté levantarme.
Me tambaleé.

     —No te levantes, necesitas reposar un par de horas, no intentes nada por ahora—me miró demasiado serio.

Necesito salir y buscarlo, tengo que preguntarle muchas cosas.

    —Mi celular...¿Dónde...—miré por todos lados, hasta que lo vi en el mueble frente a mi— ¿Me lo pasas, por favor?—miré a Luke indicándole que era lo que quería.

Él asintió rápidamente y en dos zancadas ya lo tenía frente a mi, con la mano extendida.

    —Toma... voy a hacerte algo de comer, no te muevas mucho—dijo firme, pero cariñoso a la vez.

Ahora que lo pensaba, Luke estaba ahí ayudándome en todo, y yo ni siquiera podía hablar con él. Estaba demasiado enojada, triste y decepcionada para querer hablar con alguien en este momento.

Busqué entre mis llamadas y mensajes recientes, si había alguna noticia de Aaron, pero no encontré nada.
También intente llamarlo varias veces, pero ninguna de todas ellas atendió.
¿Se habría quedado sin batería? ¿Estaría bien?

Luego de mirar el reloj una y otra vez, me levanté harta de estar en aquella cama. Odiaba la idea de sentirme inútil. Las piernas me dolieron un poco cuando me levanté, y tropecé levemente con el espejo.
Mi reflejo hizo que las lágrimas inundaran mi rostro. Había tratado de minimizar lo que me había pasado, pero al ver aquellas marcas en mi pecho, brazos y piernas, hizo que toda la realidad cayera sobre mi.
Tenia raspones poco profundos, pero aún así estaban allí, marcándome. También tenia unas gasas alrededor de mi brazo y otra en mi pierna, que dolía como el infierno.
No puedo pensar en que habra sentido Aaron al verme así, y en como estará ahora para tan solo dejarme tirada acá.
¿Le daré asco? ¿Pensara que estoy sucia?
Aquellas cosas pasaban por mi mente y me envolvían en una profunda tristeza, enojo y rechazo.
Me puse una campera y salí a ver donde estaba Luke. Quería despejarme y dejar de pensar en lo maltratado que estaba mi cuerpo y mi mente.

—Oh Amber, te dije que no te levantaras...—revolvió algo en una cacerola, tenía un aroma exquisito que me saco una leve sonrisa. —¿Te duele algo?

Negué con la cabeza, mintiendo un poco. Parecía muy preocupado, y la idea de que sintiera pena por mi, hizo que mi estomago se revolviera.

—Voy a ir a buscar a Aaron—sentencie mientras veía como su cara, poco a poco, se iba distorsionando.



N/a: ¡Buenasss!
¡Espero que hayan disfrutado capítulo!
Ya empezamos con la tercera y última parte de esta historia, y estoy muy feliz. Gracias a todas las personas que me apoyan, los quiero mucho!

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Nos leemos en el próximo capítulo.

Las ventajas de enamorarte © |Completa| (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora