Capítulo 15

43.6K 4.4K 4.5K
                                    

Harry abrió los ojos con brusquedad.

“No contestes” dijo rápidamente. Louis dudó.

“No me han llamado nunca. Ninguno de los dos”

“No contestes”

Él tragó saliva. Miró el teléfono sonando en su mano.

“Lou”

Cedió. Dejó el teléfono en la mesita auxiliar y se acurrucó de nuevo contra él, respirando hondo. El olor de Harry lo envolvía de nuevo, seguro y agradable, y era fácil dejarse ir, acunado por su suave respiración...

Harry llamó a una enfermera para descubrir con disgusto que todavía no podía beber. Después de conseguir que le diera unas cucharaditas de hielo picado, enternecida por la visión de Louis acurrucado en su cama.

“No me digas que tiene que irse” susurró, desesperado, pero la enfermera sonrió.

“Puede quedarse. A veces son de más ayuda que nosotros. ¿Él necesitará algo?”

Negó con la cabeza. La mirada de la mujer se enterneció al ver su vientre hinchado.

“Enhorabuena” susurró mientras le ajustaba el gotero. Harry sonrió sin darse cuenta.

“Gracias”

“¿Es el primero?”

Asintió. La sonrisa de la enfermera se hizo divertida.

“Buena suerte con los antojos…”

Harry entrecerró los ojos, pero no pudo evitar la sonrisa que se abrió camino en su rostro.

Despertó varias horas más tarde con su omega todavía en brazos. Y un dolor punzante en las costillas heridas. Y un estridente sonido taladrándole la sien. Alargó una mano hacia el teléfono de Louis, y se hizo daño al soltar el aire con brusquedad.

“Haz” Louis estaba despierto, y lo miraba con los ojos azules muy abiertos, preocupados. Su omega parecía más pequeño y vulnerable que nunca, pero todavía podía hacerlo olvidar cualquier otra cosa con sólo mirarlo.

“Yo contesto” le dijo en voz baja, y él asintió. Harry respiró hondo varias veces antes de descolgar.

“¿Diga?”

“Dónde está. Hijo de puta, dónde está mi hijo, da la cara por l...”

Harry se esforzó por contener la calma. Se lo debía a Louis, acurrucado a su lado con una mano sobre el vientre. Su padre gritaba tanto que estaba seguro de que él también lo oía.

“Louis está bien” dijo con tranquilidad “Desde que no lo van a subastar a un montón de alfas babosos, está mucho mejor”

“Maldito bastardo, tú no tenías ningún derecho... de dónde has sacado el jodido dinero, hijo de puta,  muerto de hambre, no has tenido un puto duro en tu vida y ahora de repente compras derechos de contratos y destrozas vidas ajenas como si f...”

“No he destrozado la vida de nadie, señor” su voz temblaba de furia, pero se contuvo con esfuerzo. Louis gimió casi inaudiblemente, notando la posesividad, el instinto de protección que manaba del pecho de su alfa. “He pagado por un contrato para proteger a la persona que amo.”

“No sabes lo que has hecho, hijo de puta. Esto no se ha acabado. Voy a destruirte, voy... Tú no tienes ningún derecho de posesión sobre mi hijo, ningún juez te dará la...”

Ahora quiero ver cómo respiras para miWhere stories live. Discover now