capítulo 22

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Pov Ana:

Al llegar al restaurante, todo estaba vacío, incluso crei ver un arbusto secó rodando, senti como mi mundo se cayo al ver que no habia nadie ocupando las mesas. No entiendo porque los demás restaurantes siguen igual, el único afectado fue este.

Nos encaminamos hasta mi despachó, saco todo los papeles y pendientes del restaurante, entre los dos convocamos una rueda de prensa y como buenos chismosos que son aceptaron, solo nos quedan tres dias para aclarar todo el lio en que mi supuesto hermano y mi padre me metieron.

Cuando terminamos de organizar todas las cuentas y tratar de estabilizar los ingresos del restaurante, Alex me invito a salir y yo simulando que no estoy chillando de la emoción por dentro aceptó de lo más neutral. Lo único malo de esto es que no decido que ponerme y solo me queda una hora para que el llegue.

Miro mi teléfono fijamente y al recordar que tengo una mejor amiga tomo el teléfono y marcó su número.

— Marta — la saludo.

— Hola nena ¿pasa algo?

Sabe que si la llamo es porqué necesito algo.

— Veras... tendré una cita con Alex y no sé que ponerme ¿me podrías ayudar?

— ..................

— Marta ¿estas ahí?

— Perdón por el retraso, no tenia cambio para el taxista — doy un brinco en mi lugar al escuchar la voz de Marta, me doy la vuelta y la veo parada en la puerta con un vestido en la mano — ¿que me ves tarada? ¡vístete!

Me lanza el vestido y yo aún sorprendida de que allá llegado tan rápido con tan solo decirle que Alex me invito a salir me pongo de pies y tomo el vestido para ponérmelo. Me paro frente al espejo y repaso todo mi cuerpo; no me queda mal, es un simple vestido azul, me llega hasta las rodillas, en la cintura tiene como un cinturón de piedras brillantes.

— Alex se volverá loco cuando te vea, amiga — yo solo rio ante su comentario y ella me sienta en la cama para empezar a maquillarme. Después de mirarme mil veces en el espejo para verificar que me veo bien y escuchar todos los elogios lesbicos de mi amiga, oigo la puerta principal abrirse. Marta y yo nos miramos, siento mis nervios apoderarse de mi otra vez.

— ¿A donde vas? — le pregunto cuando veo como se pone de pie y empieza a caminar hasta la puerta.

— ¿Cómo que a donde voy? — pregunta con sarcasmo — es obvio que voy a tener una charla de mejor amiga a novio de mi mejor amiga.

— ¿Marta porque? — digo con la voz asustada y abrumada, recuerdo muy bien la charla que tuvo con Gael, le dijo hasta del mal que se iba a morir si me lastimaba.

— Porque fallaria como mejor amiga ¿no lo crees?

— bien — digo entre dientes —se buena con el.

— ¡No prometo nada! — grita saliendo de mi habitación dejándome aún más nerviosa si es, eso posible. Nunca habia estado tan nerviosa como ahora y mucho menos con él. Le doy unos segundos más a Marta para que termine de torturarlo y bajo las escaleras lentamente, cuando estoy al pie de las escaleras lo veo acercarse a mi prácticamente corriendo.

— ¿Nos vamos ya? — pregunta entre dientes haciendo notar su nerviosismo, giro mi vista hacia Marta quien tiene un cortas uñas en las manos ¡dios! ¿Que hiciste Marta?

— Si claro — me despido de Marta  y salimos de mi casa.

— Estas segura de seguir siendo amiga de Marta — frunzo el ceño y el continúa — digo, digo. Te ves hermosa.

Inmediatamente me sonrojo al ver como me recorre con la, no pierdo el tiempo y hago lo mismo con el cuando se da la vuelta y camina hacia su auto; tiene unos jeans negros y una camisa azul oscura que hace resaltar sus fuertes brazos.

— Una foto te dura más — salgo de mi ensoñación al escucharlo, me estaba mirando mientras lo veía sin pudor.

¡¡Nos haces pasar vergüenza, Ana!!

Me acerco hasta donde el esta y me abre la puerta de su auto, entro y el cierra para rodéarlo por delante y subirse a mi lado, en el camino como deben imaginar el señor aquí a mi lado, no me dijo a donde íbamos, dice que es sorpresa, como odio cuando hacen eso. Después de un largo viaje llegamos a una playa.

Espera...

¡Una playa!

Lo miro esperando a que me de una explicación, pero solo me mira de reojo y deja salir una sonrisa, aparca el auto y sale sin darme la explicación que esperaba, resignada bajo del auto y me acerco a el.

— Tienes tres segundos para explicarme porqué coños me trajiste a una playa con un vestido formal — espeto furiosa, el solo se rie y empieza a caminar sin decir nada, al notar que no lo sigo se da la vuelta y me indica que lo haga, y eso hago. ¿Qué más puedo hacer? No tengo opción, mi enojo disminuye cuando veo un hermoso restaurante.

¿Está loco acaso? Trabajamos en un restaurante y me trae a uno.

— ¿Vamos? — me toma por la cintura y me acerca a el y rosa nuestras narices, desde que salimos de casa no se habia acercado a mi como ahora, junta nuestros labios en un tierno beso y por falta de aire nos separamos. Me toma de la mano y empezamos a caminar hacia la entrada.

— Buenas noches, ¿tiene reservación? —nos pregunta la chica de recepción, esperen me corrijo, le pregunta a Alex mirándolo con picardia, antes de que pueda interrumpir su coqueteo hacia mi hombre Alex habla.

— Si, esta a nombre de Alex y Ana Sandoval — toma eso pe... espera ¿que? Alex y Ana Sandoval. La sonrisa se le borra del rostro y la mia se ensancha más, ella asiente y nos guía hasta nuestra mesa, mientras que yo recorro cada esquina del lugar con la mirada; es hermoso, lo que me recuerda que en unos meses tengo que decorar y hacer reformas en mis restaurantes.

Salgo de mis pensamientos cuando nos detenemos en nuestra mesa, está en un balcón donde caben seis mesas más, pero solo hay una, el me ayuda a sentarme y luego lo hace el.

— Antes de que empiece el interrogatorio — dice, ambos reimos y lo dejo seguir — me aguante las ganas de besarte hasta llegar aquí, para que tu querida mejor amiga no me colgara de mis partes preciadas — abro los ojos con sorpresa y me sonrojo, me acuerdo de algo, pero el se adelanta a responder — y no puedo decirte nada de lo que me dijo, lo que si te diré es que tendré pesadillas con cortarme las uñas — ambos reimos y llega el camarero para pedir nuestra orden.

Durante toda la cena hablamos de temas triviales hasta que decidimos dar un paseo por la playa.

— Es muy hermoso todo esto, gracias por traerme — le agradezco muy feliz.

— No es nada comparado con tu belleza —y como es de esperarse damas y caballeros, me sonrojo, nos quedamos un rato más caminando y siento que no puedo más por los tacones altos que se hunden en la arena.

— Quítatelos —dice y sin rechistar lo hago — sube — dice señalando su espalda, lo dudo unos segundos, pero luego me subo, el agarra mis tacones y yo me acomodo, inhalando el olor de su perfume.

¡Dios! Huele mejor que el perfume de mujer.

El sigue caminado por la playa hasta que el sol empezó a ocultarse y decidimos sentarnos en la arena para ver el atardecer, me recuesto en su pecho y el empieza a acaricia mi cabello, entre besos y charlas nos pasamos el resto de la tarde hasta que oscureció por completo y decidimos irnos.

El segundo mejor dia de mi vida.
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Carmen_martinez... fuera

Un Amor Desde La Cocina [editando] Where stories live. Discover now