Entré dimensiones

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¡CAPTUREN A ESE MALDITO BASTARDO!, ¡ME IMPORTA UNA MIERDA SI LES FALTA UN BRAZO O INCLUSO UNA PIERNA!, ¡QUIERO A ESE DESGRACIADO CON VIDA...!, ¡DE LO CONTRARIO... HABRÁ CONSECUENCIAS PARA TODOS Y CADA UNO DE USTEDES! –a pesar de la distancia, fui capaz de escuchar con total claridad como el líder de aquel numeroso grupo de entre unos 15 o 20 ninjas, les daba ordenes/amenazas a diestra y siniestra.

Ellos no paraban de perseguirme.

En otras circunstancias a ese mal nacido que se atrevío a insultarme le hubiera hecho probar el filo de mi espada... más no era ni el momento ni mucho menos el lugar.

Mierda –dije entre dientes.

Nunca pensé que una simple misión... En donde lo único que debía hacer era recopilar información, me metería en tantos líos...

Debí de haber anticipado que utilizarían a los niños...

Desgraciados –solte con despreció.

Y ahora me encontraba en estos aprietos, siendo perseguido por un puñado de ninjas que nada más me atrapen... bueno solo dios sabrá lo que harán conmigo... y como si las cosas no fueran ya malas, mi chakara estaba casi por llegar a su límite.

No creí que gastaría tanto.

Mierda veía como ellos estaban tratando de cerrarme el paso.

Si esto continuaba así, pronto sería capturado y en estos momentos me encuentro lo suficientemente lejos de la Hoja... pero sobre todo de la proteccion de Naruto.

Pasarian semanas incluso meses hasta que Naruto recibiera la noticia de mi captura y aún más para que él pueda intervenir.

Claro que sí aún sigo convida para ese momento.

No tenía más opciones... tenía que usar el Rinnigan, puede que sea un desperdicio de poder pero no había otra alternativa, seguí avanzando y poco a poco empecé a sentir como mi ojo iniciaba con el viaje.
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De un momento a otro ya no había ninjas, ya no había árboles, de hecho ya no había oscuridad... esto era bastante extraño, hasta donde sabía mi Rinnigan no tenía la capacidad de llevarme de un día a otro, algo no andaba bien.

Empecé a caminar cautelosamente, no conocía el territorio y las condiciones en las que me encontraba no eran las mejores para una batalla y ni pensar en volver a usar mi ojo, ya que el viaje había gastado lo que me quedaba de chakara... necesitaba descansar.

Mire a mi alrededor más en ningún momento baje mi guardia...

Había rocas y algunos árboles a lo lejos, nada del otro mundo pero por alguna extraña razón empece a sentir el lugar un tanto familiar, no fue hasta que me di la vuelta y pude contemplar toda una Aldea pero no cualquier Aldea... estaba en Konoha.

¿Como era esto posible?

Me quede un rato más en ese lugar, que poco después me di cuenta, que sobre lo que estaba eran los rostros de los Hokages, esto definitivamente no tenía ni el más mínimo sentido.

¿Como de estar del otro lado del mundo pase a estar en mi Aldea?

Pensé en la posibilidad de haber sido drogado con algo o que alguna de las armas de los ninjas que me seguían contuvieran alguna clase de sustancia que me hiciera ver estas cosas.

Lo descarté inmediatamente, ya que en mi corta estadía a ese lugar no probé ni bebí bocado alguno mas que lo que yo llevaba conmigo, y en la batalla ninguna de sus armas tuvo siquiera la oportunidad de rozarme.

Por el momento lo dejé de lado, tenía que entregar mi reporte de misión, ya luego tendría tiempo de pensarlo en casa.

Fui de tejado en tejado hasta estar cerca de la torre del Hokage, para mi suerte Naruto se encontraba ahí.

Un Viaje ÚnicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora