XI. Fine Romance

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Hermione abordó el tren con una gran sonrisa en el rostro, llegando justo a tiempo al vagón de prefectos. El día le favoreció, ya que no tuvo que toparse a Ronald, con quien a pesar de no tener más sentimientos encontrados, siempre terminaba contradiciéndola y haciéndose lucir frente a Lavender lo cual la molestaba bastante. Sin más que preocuparse, continuó la lectura de su libro fingiendo poner atención, pero su mente divagaba en lo que hacía unas cuantas horas sucedió.

"Bien, es hora de ir a desearle felices fiestas a Harry y Ginny"

Levantándose así para dirigirse al pasillo, miraba por los cubículos buscando alguna señal de sus amigos hasta que los encontró, dentro; Ron y Lavender se besaban sin parar mientras que Harry buscaba en la ventana una forma de ignorarlos.

"...creo que mejor enviaré lechuzas..."

Y regresó a su compartimento incómoda, borrándose la imagen con el recuerdo de un Slytherin que bombardeaba su mente.

Draco regresaba a su Sala Común con tranquilidad a pasar el resto del día, después del desayuno, se paseo por los jardines pensativo de su actual situación. Genuinamente en ese momento era feliz, Hermione se convirtió en aquello que él jamás pensó hasta ese momento, el motivo perfecto para ser él mismo.

Desde lejos, en el gran ventanal dos profesores miraban al chico caminar por los terrenos con delicadeza.

-...Albus.

Aquel profesor de oscuro semblante, llevaba toda la mañana explicando las situaciones sucedidas con el joven rubio.

-No te sientas culpable Severus, Draco tomó su propia decisión.

-Se perfectamente porque lo hace...

-Está situación puede dar nuevos panoramas compañero mío, pero al menos hasta el regreso de los chicos, déjalos disfrutar de la corta paz que le dará a sus corazones.

En esas palabras el profesor comprendió que aquel anciano sabio profesor ocultaba algo.

-La Señorita Granger partió esta mañana a Londres.- Afirmó al anciano.

-Lo sé, y me encargado de ello, en unos momentos más, la profesora McGonagall traerá de regreso a la joven Granger a Hogwarts.

-¿Señor?.- Dudo de haber escuchado correctamente.

-Informe a sus padres hace una semana sobre un "Evento de Navidad para los prefectos", les hice ver que sería parte de una sorpresa por su gran empeño y prometieron no contar sobre ello; sólo pidieron que para Año Nuevo la señorita Granger estuviera de vuelta, a lo que te pediré uses la Red Flu de mi chimenea para ello. Percibo, que la joven Granger no recibió la noticia de su estancia... Aún así estas a cargo de esta situación mientras vuelvo.

-¿Se irá de nuevo?.- le dijo extrañado Snape.

-Lo suficiente. Sólo pasaré la última Navidad en el castillo, para unas cuantas memorias más de este pobre anciano.

-¿Estás consiente de la situación que estas manipulando con Malfoy y Granger?

- "La felicidad se puede hallar hasta en los más oscuros momentos, si somos capaces de usar bien la luz", esa luz en un alma como la de Draco fue dada por Granger; Severus, tú conoces esa sensación...

-Yo no tenía nada que perder más que a...- y suspiró.- ¿Y los Malfoy...?

-Confía en tu pupilo, no son cualquier tipo de alumno, cuando te conté de la situación comente claramente el complejo complemento que son el uno al otro en sus vidas; sus casas, sus orígenes, sus actitudes, son opuestos complementos que ayudarán en este mundo tan oscuro.

In NoctemWhere stories live. Discover now