Six Petals

224 24 43
                                    

Estaba algo perdido, debía admitirlo. Pero lo que sintiera, ni la inevitable presencia de Stan al otro lado del salón, haría que sus calificaciones cayeran. Sus promedios serían impecables y pondría toda su atención en clases, o al menos trataría.

Y sin embargo se sobresaltó cuando la voz de Kenny apareció a su lado, con un divertido "vamos". Kyle sólo pudo alzar la vista y su confusión fue palpable. Eso sólo hizo que el rubio sonriera.

—A almorzar, ya es hora.

—Oh, claro.

Mientras, a Stan sólo le quedaba observar y sentirse mal, y lo segundo era algo demasiado sencillo. 

Miró alrededor evaluando sus opciones, porque almorzar solitario en una esquina era la última alternativa; Aunque quisiera, y vaya que quería, ni Kyle o Kenny estaban en la lista, mucho menos Cartman junto a Wendy. ¿Por qué? Porque el rubio simplemente “se había cambiado de bando” y eso implicaba no almorzar con él, sin embargo lo saludaba y hablaba de vez en cuando, a diferencia del pelirrojo. A Cartman se le excluía definitivamente no porque no pudiera pasar un buen rato con él, era más el hecho de que prácticamente le había robado la no-novia.

Suspiró por duodécima vez en el día. Ahí iba su mejor amigo, atravesaba la puerta y se alejaba, sin siquiera mirarlo. La nueva semana sin hablar lo estaba matando, carcomiendo por dentro.

—Stan —escuchó una voz infantil, aguda, en su costado—. ¿Tienes con quién almorzar?

—¿Quieres comer conmigo, Butters? —le disgustó la idea de que eso pareciera una extraña propuesta. El pequeño rubio asintió con una de sus típicas sonrisas dulces, y Stan pensó que peor era nada.

*

Removió la comida en su bandeja, la separó en dos y la llevó a los extremos, la volvió a juntar y la aplastó poco a poco hasta dejar una masa uniforme media verdosa, media marrón.

—Amigo, eso es asqueroso. —el rubio se llevó una patata a la boca y la masticó con deleite. No era mejor que lo que alguna vez hizo el chef, pero estaba bien en comparación a lo que obtenía en casa.

—¿Cuándo se detendrá? —Kenny, con la boca llena, hizo un ruido confuso, como si no entendiera de que hablaba. Entonces el pelirrojo continuó—. El Hanahaki, ¿cuándo se detendrá?

Hubo un corto silencio hasta que Kenny habló otra vez.

—¿No habías leído sobre eso?

—No leía las páginas completas, no sé. —se encogió de hombros.

El rubio hizo una mueca de lástima. De alguna manera Kyle lo veía venir.

—Hasta donde sé, hay tres maneras de hacer que pare —alzó tres dedos frente al pelirrojo para contar—. Aparentemente existe una especie de cirugía.

—¿Cirugía? —Kenny asintió.

—Sip. Extirpan las flores que tienes dentro —señaló su pecho— y todo lo que eso conlleva —Kyle alzó una ceja. Ahora él era el confundido—. No podrás amarlo otra vez, no de la manera en que lo haces ahora.

Por alguna razón esa idea no le gustaba mucho, pero hizo apuntes mentales. Si conseguía la cirugía, podría quitarse un gran peso de encima y olvidar ese asunto por completo. Sencillo. Stan jamás se enteraría de lo que alguna vez ocurrió.

—Otra forma es que te corresponda. Si él llegara a corresponderte, las flores pararían de salir o algo así.

Su pecho se hundió en un segundo, su estómago se revolvió, y de alguna manera se sintió bien. Ser correspondido. ¿Desde cuándo le interesaba esa idea? Sonrió sin querer y se tapó la boca, como si el rubio no hubiese visto su emoción. Sin embargo, pronto se percató de que Kenny no seguía hablando.

How to Deal with Flowers [Style Hanahaki]Where stories live. Discover now