El tio Chinos

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—ándale Danna, dime quien es, ¿esta aquí?—
—no lo haré Diego, disculpe señorita—le dijo a la enfermera.
La mujer no le presto atención.
—Danna, por favor soy tu hermano—
—No Diego, por mas que quiera, no puedo, el no quiere que nadie sepa—
—¿ósea que tu bebé no tendrá padre?—
—yo no dije eso, mi bebé si tendrá padre, solo no quiero que se sepa quien es—
—vamos morrita, soy yo, puedes decírmelo a mi—
—no Diego, ya no insistas—
—bien—salí de la habitación molesto.
Escuche Danna gritar de fondo a la enfermera, ella quería ver a su bebé, pero aun no se la daban.
Vi unos chinos entrando a la habitación.
¿Era Jorge?.
Me apresuré a espiar un poco, abrí un poco la puerta y mire por el agujero.
Danna le decía algo a Jorge y el estaba muy sorprendido y sonriente.
¿Enserio le dijo a el y no a mi?.
Entre rápidamente muy molesto.
—¿ósea que le vas a decir a el y no a mi?, a mi que conoces desde chiquita—dije muy molesto.
—no Diego no es lo que crees—Dijo Jorge.
—ya no molestes Diego, yo le diré a quien quiera decirle y no tengo porque responderte, ya veté—
—¿sabes que?, me voy, pero no porque tu me lo dices, porque yo realmente confiaba en ti, pero me defraudaste Danna Paola—dije yo seriamente y salí de la habitación.
Estaba molesto.
No volví a hablarle, supongo que los dos somos demasiado orgullosos como para hablar.
Danna tuvo a su bebé, la prensa no se enteró de nada, Danna quería absoluta privacidad al respecto.
Nunca me enteré del nombre de la bebe, como Danna lo mantuvo entre simples conocidos, nunca me enteré.
Por ahora solo éramos Lu y yo.
Así pasaron los años.
Jime nos dejo, ya que ya había terminado en la universidad y ahora trabajaría.
Contraté a otra niñera, una nana, se llama Esperanza.
Y ahora me encontraba alistándome para ir al trabajo, conseguí un gran empleó como director de una producción muy importante.
Hoy iría hacer castings para la obra, pero, primero dejaría a Lu en el jardín de niños.
Ella me despertó esta mañana saltando sobre mi cama, esta muy emocionada, desde que Gabo empezó la universidad ella esta muy aburrida.
Si ya se, Gabo se fue a la universidad, esta tan grande ya.....dios mío.
Gael vive con un amigo suyo en el extranjero, por ahora esta en Islandia, cumpliendo su sueño.
¿Ya tiene cuantos?, ¿25?.
En fin, escuche como algo se cayó y se rompió.
Salí corriendo a ver que era.
Lucía tiro una taza, solo vi a Lu en el piso llorando mientras intentaba recogerla.
—nononono, Lu, no toques eso, vente—dije yo y la cargué.
La puse sobre la mesada mientras ella lloraba.
—¿estas bien?—
—papi, yo rompí la taza—dijo ella tallandose los ojos.
—ya lo se amor, tranquila—Dije yo acariciando le el pelo.
—lo siento, lo siento—
Me destrozó el corazón.
—ya Lu, tranquila—
—lo siento papi, lo siento mucho, por favor llévame al jardín—
—¿que?—dije confundido.
—lo siento por haber roto la taza, pero por favor llévame—
—ya ya Lu, tranquila, vas a ir, no importa que hayas roto la taza, solo debes tener mas cuidado—
—si papi—dijo ella y hundió su cabeza en mi pecho.
—¿estas bien?,¿te hiciste algo?—dije yo revisándola.
Vi su rodilla.
Tenía una raspada.
—¿te duele?—
—¡nop!—dijo ella orgullosa mientras se limpiaba las lagrimas.
—¡ay no que feo!, ¡esta horrible!—dije yo jugando.
—¡mira papi!—dijo ella mostrándome su rodilla.
—¡ay que feo!—dije yo jugando.
Volteé a mirarla y ella reía.
Su risa era hermosa.
Tenía el pelo color claro, ojos casi verdes y una sonrisa hermosa.
—bien, ahora ve a lavarte mientras yo ordeno esto—
La baje y ella se fue corriendo.
Limpie todo y fui a ver a Lucía.
—toc, toc¿puedo pasar?—dije yo en la puerta.
—andale, andale—dijo ella, se oía adorable.
—dale, ¿ya estas?—dije yo y me senté en la silla.
—si, solo debo llevar esto y esto—dijo ella agarrando muchas cosas y poniéndolas en su mochila.
—toma, te la doy—dijo ella y se fue a por otras cosas.
Me fije, tenía una foto nuestra, un juego de maquillaje falso claramente, tenía la pelota con la que me hago masaje y varios juguetes más.
—¿oye que es todo esto?—
—mis cosas—dijo ella mirándome.
—¿y para que?, ¿te vas a mudar o que?—
—si—dijo ella sonriente.
—no Lucía, no puedes llevar todo esto—dije mirándolo seriamente.
—¿porpe no?—dijo ella adorable mente con cara de suplica.
—porpe no—dije yo riendo.
—¿porpe?—
—porque no Lu, estas cosas son tuyas y ¿que tal si las pierdes?—
—si.....—
—te sentirías triste si pierdes todo esto—
—pues si....—dijo ella mirándo la mochila, me la quito y tiro todo lo de allí adentro.
Logre divisar una billetera muy conocida.
—¿esa es mi billetera?—dije muy sorprendido, me levanté y la tome.
Era la billetera antigua de Chinos, el amaba esa billetera, siempre me decía que no cuando le decía que la cambie.
La tenía guardada porque cuando el desapareció yo me quedé con esta.
—¿porque la tomaste?,¿acaso no te dije que no tomaras mis cosas?—dije yo molesto.
—pues si....—
—¿y?—
—perdón—
—no quiero un perdón, quiero que ya no toques mis cosas Lucía—
—si papi—dijo ella cabizbaja.
Suspire.
—bien, esta bien, vente—
La sente en la silla y le hice unas trenzas.
Si se peinar y no me queda nada mal.
—bien, vamos—
Nos fuimos a la guardería.
—vamos papi—dijo ella jalándome.
—te prometo que no se va a ir—dije yo riendo.
Entramos al lugar.
—bien, no te olvides tomar esto, le mando indicaciones a tu maestra en tu mochila, no te olvides dárselas, vendré a recogérte luego amor—dije yo.
Me agache y ella me dio un beso en la frente.
Luego se fue caminando.
Me dirigí al auto.
Esta tan grande.
No se imaginan como llore en su primer día, Lu simplemente quería irse y que la deje en paz.
Me dirigí rápidamente al auditorio.
Al llegar salude a varias personas y me dirigí a la sala de audiciones.
Esta vez dirigía una obra musical.
Me senté rápidamente al frente del lugar.
—¡listo!,¡todos posiciones!—dije yo.
Todos empezaron a correr.
—¡numero uno!—dijo un chico alado mío.
No se quien era.
—¿hola?—dije yo confundido.
—hola, soy Fernando—
—Diego—dije yo sonriente.
—soy nuevo—
—ah...—
Empezaron a pasar los bailarines, nada interesante, pasaron uno que otro que valdrían la pena, pero no se.
—gracias Juan, ahora.....Jorge Anzaldo—dijo Fernando.
—¿que?—dije yo muy sorprendido.
—si, apoco lo conoces—dijo Fernando.
—pues no.....—mentí.
Jorge apareció en la tarima, su rostro, era otro, llevaba un poco de barba corta en el mentón, se lo veía mas serio mas...¿maduro?.
No se como explicarlo, verlo después de...¿cuanto?, cinco años.
—hola, buenos días, soy Jorge Anzaldo y participe entre varias obras—
—si, ya vimos, bueno, muéstranos la coreografía preparada por favor—dijo Fernando viendo el expediente de Jorge.
—yo los veo—dije yo quitándole los papeles de las manos.
—bien, como quieras—dijo Fernando.
Pusieron la música, mire de reojo a Jorge, su danza no era tan expresiva como antes, ciertamente parecía que le pesaban los pies, algo que realmente nunca le había pasado, ya no bailaba con sentimiento, bailaba por bailar.
Sin ganas.
¿Que te paso Jorge?
Mire su expediente.
No habían muchas cosas, había estado trabajando de staff de una producción musical estos últimos años.
¿Staff?,¿como un gran bailarín y actor como el se puede reducir a staff?.
—vaya.....—dijo Fernando muy bajo.
—¿que sucede?—
—estoy decepcionado—
—si, lo se, no esta muy bien que digamos, pero mira, ha participado en varias obras, dice que es un excelente bailarín y actor, aparte si esta guapo—dije yo fingiéndo no conocerlo.
—pues si...—
—debe estar cansado, porque no le decimos que descanse y vuelva—
—así no funciona el teatro Diego, no cuando le de la gana va a participar—
—yo soy el director—
—bien....—Me miro y giro los ojos.
—¡gracias!, te llamamos—dijo Fernando.
—gracias—dijo Jorge y se fue.
—¡siguiente!—
Estuvimos un buen rato.
Al final todos pasaron al escenario.
—gracias a todos por venir, mandaremos una lista, hay algunos que necesitamos ver de nuevo así que vamos a llamarlos mañana—
—pueden retirarse—dije yo.
Todos se fueron.
Me fije la hora, eran cerca las 2 de la tarde.
—¿y que harás ahora?—dijo Fernando.
—iré a recoger a mi hija—
—¿y que te parece si nos juntamos a almorzar para discutir todo este asunto?—
—bien—
Nos fuimos en mi auto, Fernando tenía cerca de unos 30 y pico años.
Si era joven.
Llegamos y recogimos a Lu, ella me contó toda su travesía diaria mientras volvíamos a casa, Esperanza cocino para todos.
Caminos y nos pusimos a trabajar.
Contactamos a la secretaria para que se pusiera en contacto con una lista determinada de personas que le dimos.
Fernando resulto no ser tan arrogante como parecía.
Al día siguiente tenía que llevar a Lu a la terapia, así que llegaría tarde al trabajo.
Una ves se termino la terapia nos dirigimos al estudio, esta vez vendría conmigo porque no quería ir al jardín.
La sente junto a la maquillista, con la cual se llevaba bien, ya que la maquillaba.
Finalmente llegué a los últimos puestos, resulta que jorge no se molesto en presentarse, Fernando se fue corriendo por un problema y yo me quede resolviendo algunas cosas.
—¡¡llego tarde!!,¡¡llego tarde!!—escuche una voz aguda agitada a lo lejos mientras corría por el lugar.
Lo vi desde el escenario, sus chinos rebotaban por lo que corría, el día de ayer los tenía atados en una coleta, pero hoy no.
—ya me estaba yendo—dije yo algo incomodo.
—D-Diego....—dijo el sorprendido.
—se que ya me habías visto Jorge, no te hagas, además ya terminamos, hace media hora—
—si, perdón, tengo una excusa perfecta para esto, solo déjame hacerlo—
—el chico del audio se fue—
—no hay problema yo lo pongo desde mi teléfono—
—bien—
Puso la música, hoy si bailaba con gran sentimiento, sus expresiones, sus pasos.
—vaya...me dejaste muy sorprendido, esto y lo de ayer—
—g-gracias...—
—¿Y ayer?—
—estaba muy cansado—
—recuerdo que antes de una audición tomabas una larga siesta—
—si—dijo el riendo y sentándose en frente de mi.
—me regañabas si te molestaba—dije yo riendo.
—como la señora Gonzales—dijimos al unísono.
—te perdiste...—dije yo.
—no debía interrumpirte—
—¿en que?—
—en tu vida, estabas formando una familia con Eva y Lucía, y yo....no podía interrumpirte—
—¿con Eva?, Eva esta loca y Lu, Lu solo necesita atención, una atención que solo tu podías darle—dije yo avergonzado.
Mire su cuello, ahora tenía un tatuaje, ya no era la piel limpia y llena de vida que era antes.
—te extrañe Diego—
—yo también—dije sonriente.
El se me empezó a acercar y yo me quede quieto.
—¡en fin!,¡Diego!—escuche la voz de Fernando cerca.
Me separé rápidamente.
—Fernando no debe vernos juntos—me levanté y caminé hacia la puerta.
Me encontré con el.
—ahí estas, vámonos—
—¡Esperen!—escuche a Chinos.
Nos dimos la vuelta.
—solo piénsalo—dijo Jorge dándome al un papel.
—esta bien—
—gracias, a ambos—dijo y se fue corriendo.
—si vino—dijo Fernando muy confundido.
—si, vino, me dejó sorprendido, fue increíble—
—vaya, pero lo viste tu—
—enserio siento que vale la pena que lo metamos—dije yo intentando convencerlo.
—¿estas loco?—
—no, pero tal parece que tu no sabes apreciar el verdadero talento, este chico es oro, si tu no sabes apreciarlo, puedes irte por donde viniste—dije yo intimidante.
—mira como camina, ¡hasta el ritmo en sus caderas dice que es un buen bailarín!, tienes razón—dijo Fernando.
Nos fuimos a mi casa a almorzar y a trabajar.
Una vez terminamos, Fernando se fue, yo lleve a Lucía a su cama.
—papi—
—¿si amor?—dije yo mirándola sonriente.
—¿cuando vendrá el tio chinos?—
—¿que?—dije sorprendido.
—si, me dijo que nos veríamos pronto, pero no me dijo cuando—
—¿hablas con el?—
—si, me lo encontré cuando iba a buscarte a tu oficina—dijo ella sonriente—me dio una paleta—
—¿cuantas veces te dije que no hables con extraños?—dije algo decepcionado.
—el no es un extraño, el es mi tio Chinos, lo conozco—
—¿de donde?—
—lo vi en mis sueños—
—esta bien, hijita, ya duérmete es hora de dormir—dije y le di un beso.
Para luego irme.
¿Como recordaba a Jorge?, tenía menos de un año cuando lo conoció.
Lucía nunca parara de sorprenderme.
Me saqué el saco y vacié mis bolsillos.
Tenía el papel que me dio el.
Lo había olvidado.
Había un número en el, debo llamarlo.
—¿bueno?—escuche su voz.
—¿Jorge?—
—¡Hola tía!, tía querida,¿que tu perro que?,espérame tantito—dijo jorge y silencio la llamada.
¿Tia?.
—¿Diego?—
—no, fíjate que soy tu tía—
—perdón por eso, debía inventar una excusa para irme—
—ah, bien—
—¿que sucede?—
—fuiste tu el que me dio el numero—
—pues si, pero tu me marcaste—
—yo, te llamaba para...decirte que entraste—
—¿entre?—dijo emocionado—¿no se supone que nos dirían mañana?—
—pues si, pero no pude esperar a darte la noticia—
—gracias Diego—
—si....oye, hablaste con Lucía—
—eh...si, lo siento—
—no, importa, ¿que le dijiste?—
—solo le dije que grande estas, le di una paleta y me fui—
—¿no te presentaste?—
—no—
—ella te recuerda—
—¿me recuerda?—
—eres el tío Chinos—dije riendo.
—pero no le dije nada—
—pues ella me dijo que te vio en sus sueños—
—vaya, que bien—
Nos quedamos entre una incómoda conversación y luego nos despedimos.
Fue raro.
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Holis, perdonen el retraso, enserio, me dormí ayer, intento publicar en el día, pero no puedo, lo siento, se me olvida.
Bueno espero les haya gustado el capituló, a mi me gusto mucho como quedó.
¿Que les pareció?.
Bueno, ahora si, voten, comenten y compartan, y vayan a seguir la cuenta en IG: xixioxik
Gracias y adiós.

Vivir sin tiWhere stories live. Discover now