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Sólo hay dolor. Mi cabeza, mi vientre... dolor abrasador. Mi costado, mi brazo. Dolor. Dolor y palabras en voz baja en la oscuridad.

¿Dónde estoy? Aunque lo he intento, no puedo abrir mis ojos. Las palabras susurradas se convierten en más claras... una luz en la oscuridad.

—¿El bebé? —Las palabras son angustiadas, sin aliento.

—El bebé está bien, Sr. Wang.

—Oh, gracias al cielo. —Las palabras son una letanía... un rezo—. Oh, gracias al cielo.

Oh, Dios. Él estaba preocupado por el bebé... ¿el bebé?... Pequeño Bao Bao. Por supuesto. Mi Pequeño Bao Bao. Trato en vano de mover mi mano hacia mi vientre. Nada se mueve, nada me responde.

—¿Y el bebé?... Oh, gracias al cielo.

Pequeño A-Bao está a salvo.

—¿Y el bebé?... Oh, gracias al cielo.

Se preocupa por el bebé.

—¿Y el bebé?... Oh, gracias al cielo.

Yibo... Tú quieres al bebé. Oh, gracias al cielo. Me relajo y la inconsciencia clama una vez más por mi, alejándome del dolor.

Mientras tanto en la habitación.

Yibo observa a su esposo dormitar, su rostro está lastimado y siente culpa, si hubiera sido un poco más rápido. Zhan no hubiera quedado en ese estado.

Y él pequeño... Él pequeño por poco, pero es alguien fuerte para ser tan solo un latido.

—Me dijiste que habías cortado todos los lazos con ella —está hablando Wang Ling. Su voz tranquila, una reprimenda.

—Lo sé —Yibo suena resignado—, pero verla finalmente puso todo en perspectiva para mí. Tú sabes... con la niñez. Por primera vez sentí... Lo que hicimos... estuvo... mal.

—Lo que ella hizo cariño. Los niños no te harán eso. Mirar el mundo con una luz diferente.

—Ella finalmente entendió el mensaje... y entonces yo... lastimé a A-Zhan —susurra.

—Siempre lastimamos a los que amamos, querido. Tendrás que decirle a él que lo sientes. Querer decirlo y darle tiempo para sanar.

—Dijo que me dejaba.

—¿Tú le creíste?

—Al principio, sí.

—Querido, siempre piensas lo peor de todos, incluyéndote. Siempre lo hiciste. Zhan Zhan te ama mucho y es obvio que tú lo amas a él. Aparte, él no haría eso, él no, él es tenaz.

— Él estaba enfadado conmigo.

—Estoy segura de que lo estaba. Yo estoy bastante enfadada contigo ahora mismo. Creo que sólo nos podemos enfadar verdaderamente con aquellos a los que amamos de verdad.

—Pensé en ello, y él me mostró una y otra vez cuánto me ama... hasta el punto de poner su propia vida en peligro.

—Sí, lo hace, querido.

—Oh, mamá ¿por qué no se despierta? —Su voz se quiebra—. Lo estoy perdiendo.

Su madre se encamina hasta donde está Yibo, y lo estrecha entre sus brazos.

— Los matrimonios no durarían ni una semana si no hubieran peleas, las peleas son parte de uno, depende igualmente de uno, hablar moderadamente y evitar que las cosas se salgan de control.

Yibo refrego su cabeza sobre el hombro de su madre soltando un suspiro.

—Has tardado veinticuatro años en dejarme sostenerte así...

Shades Freed || YiZhan Where stories live. Discover now