~Orilla~

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Encerrada en mi propia burbuja, vivo en una prisión que yo misma construí envenenándome con los fluidos de la desbordante demencia que destila de mis poros.
Cumpliendo una sentencia eterna, aunque parece más un infierno. Mis lágrimas caen como lluvia, la ansiedad me carcome, corazón hecho de vidrio, alma en pena.

Es inaudito y de alguna forma, maravilloso, que haya tantas formas de morir, morir internamente. En proceso está la mía, destiñendo mis paredes llenas de colores ya pálidos por el paso del tiempo.  Tan sólo la fantástica idea de no poder salir de aquí algún día me abruma, quiero fluir cual río pacífico, pero conmigo traigo rocas que aceleran mi caudal y terminan por arrastrar mi ser para terminar en la cascada de la destructiva desgracia.

¿Cómo es posible que se haga una mezcolanza de lo momentáneo, lo constante y lo autodestructivo? No tengo por qué, pero le sumo las voces de mi cabeza, le sumo esas sombras, oscuras sombras, esas que rondan por los rincones de mi habitación, se esconden bajo mi cama y se divierten torturándome por las noches o cada que estoy sola desgarrando y arrancando mi piel con una amplia sonrisa como si fuese nada para llegar y tocar mis huesos causando solo psicopatía en mi persona.

Quisiera tomar tu mano, pero sé que, si lo hago la fuerte marea que ahora sube frenéticamente y es capaz de arrastrar quintales de arena, te arrastrará a ti como lo hizo conmigo.
Necedad, solo hay necedad en tus palabras, necedad y amor, amor mío. Me susurras románticos dichos, tú eres el autor de dichos versos, aquellos con los que logras sacarme de la oscura profundidad, y llevarme a la orilla, cálida orilla donde nos consuela el sol, el sol que hay en tus brazos que me libera de toda hipotérmica tristeza.

Qué sería de mí sin tus abrazos soleados, sin tus besos castos, sin tus románticos dichos, qué sería de mí sin tu lápiz y cuaderno. Cómo podría yo vivir sin tan divino corazón, como podría yo vivir sin vida, pues tu eres la mía. 

Tu eres mi vida.
Tu eres mi orilla.

Abrázame más fuerte.

Poesía InfinitaWhere stories live. Discover now