El Chico de Tres8Uno | Emiliaco

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Dedicado a:
ShipEmiliacoStand
Sabinagore
Londongirl2004

BSOS VIRTUALES EN LA NALGA
LAS AMO ALV

DISFRUTEN O LLORO

Esto es serio

Joaquín (les dije)

Sentía que me arrancaban el alma, no podía ser posible que intentaran quitarme a mi hijo otra vez, a mi motor de dia con dia, a mi corazón, a mi vida completa. Aun no podía normalizar mi respiración, estaba demasiado alterado.

Por tu bebé...

Por tu bebé...

Emilio acariciaba mi espalda mientras yo regulaba mi respiración.

Mi mamá, Renata, Romi y mi suegrita habían estado revisando un piso cada una

— Papá! — se escuchaba todavía — Baba! — Su vocecita... Parecía que iba a desgarrarse en cualquier momento

Inevitablemente empuñe la camisa de Emilio con fuerza mientras seguía llorando, él también lloraba por lo bajo, tratando de mantenerse fuerte ante mí

— Muchachos! — Llegó mi mamá, me negaba a soltar a Emilio

— Eli! — Habló mi suegrita — Algo? — Negó

Escondí mi cara en su cuello, solamente sollozando.

— Oigaaaan! — Llegó Ren — Tengo una idea...! — Levante mi cara del cuello de mi novio, viendo a mi hermana — Niurka dijo que Juan podría estar involucrado... Cual es su habitación?

Emilio y yo volteamos a vernos y salimos corriendo al elevador, como ya nadie estaba ahi, el elevador paró rápido y subimos.

— Baba!

— Ay Dios! — susurre pasando mis manos por mi pelo

— Él está bien... — Emilio me volvió a abrazar — Nuestro hijo está bien

El elevador se detuvo

— No... No no, no no! ¡No! ¡Mi hijo! ¡Muevan el maldito elevador! — Empecé a golpear la puerta

— ¡Joaquín! — Me tomo de las mejillas — Te recuerdo que no queremos perder otro bebé... ¿O si? — negué rápidamente — ¿Ves? Te pido que te calmes, POR FAVOR. Ya veré de que manera nos sacamos de aquí...

— E-Es que... Mi bebé... Mi hijo... No...

— Sh, sh, sh... — Me susurro al oído y besó mi mejilla

Sacó su teléfono y envió un mensaje, se paró de puntas para que su teléfono lograra tener señal y estiró todo su brazo

— ¡Si! — susurró

— Que pasa?

— ¡Se envió el mensaje! Le escribí a mi mamá, diciendo que pidieran el elevador, tal vez llegaba a funcionar.

Solo asentí.

Minutos después, donde mi preocupación creció, el elevador se movió y logramos llegar al piso de la habitación de Juan.

— E-Emilio... Ya no se escuchan sus gritos... ¡Emilio, Gabriel ya no gritó! — Volví a pasar mis manos por mi cabelloz

— No pienses algo que no sea, mi amor... Tal vez... Esa persona lo durmió...