Membresía

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Él estaba concentrado lamiendo su cuello, ella solo suspiraba disfrutando la caricia mientras una parte de su cabeza estaba pendiente que no se le ocurriera dejarle una marca en ese lugar, cosa que afortunadamente no hizo. Empezó a descender enfocándose ahora en sus senos, masajeándolos hasta que sus pezones estuvieron completamente duros, deslizando posteriormente su lengua hasta su ombligo, dejando su recuerdo ahora al otro lado del de la anterior vez, hijo único sin duda, de esos que creen que absolutamente todo a su alrededor les pertenece y marcan cada uno de sus juguetes para que nadie más los use. Pasó por encima de su intimidad, separándole las piernas y empezando a besarla en el interior de estas, acercándose despacio a su centro, la acarició un poco con su mano y se detuvo abruptamente.

- ¿De dónde sacaste las mentas?

- De uno de los cajones del mueble del baño

- ¿Hay cosas entre los cajones de los muebles? — parecía un niño pequeño emocionado

- ¿Te parece más interesante un cajón que terminar lo que estás haciendo? — la cabeza de él alternaba entre ella y el baño — ¿Nadie te dio la inducción del lugar? — él negó con un movimiento — ¿acaso debutaste conmigo? — no pudo evitar reír, le pareció notar un sonrojo bajo el antifaz

- No

- Pero esta es apenas tu primera membresía

- Sí — ella empezó a reír con más ganas, así que su ave predadora era apenas un polluelo en sus primeros vuelos

- Está bien, te mostraré la habitación — aceptó divertida, su tour empezó por la mesa de noche, en el cajón había algunos lubricantes de sabores, lubricantes hipoalergénicos, aceites fríos y calientes, todo en presentación individual, en el compartimiento inferior había unas pantuflas.

Señaló una alarma en la pared, ese era el botón de pánico, si la contraparte hacia algo que no hubiera señalado en el listado de ingreso, lo lastimaban o una regla era rota, podía presionarlo y el personal de seguridad del club estaría allí en menos de 5 minutos. El armario solo tenía por dentro una silla erótica, que mantenía guardada por estética del cuarto. En el mueble del baño había varias botellas de agua, crema dental, cepillos de dientes, enjuague bucal, hilo dental, jabón de baño, crema para el cuerpo y en el cajón había varios tipos snacks, variedad de dulces, entre esos las mentas y algunos que se podían untar.

- Si quieres usar algún accesorio lo puedes pedir por mensaje al número de las citas, si quieres algo temático la contraparte debe estar de acuerdo y el Club evaluará si es posible cumplirlo

- ¿Cuánto llevas tú afiliada?

- ¿Hay alguna diferencia si la respuesta es 10 meses o 10 años?

- Creí que el lugar solo tenía 9 años

- Al menos sabes algo — se mordió el labio dudosa — hace poco cumplí 3 años

- ¿Y haces todo lo que marqué en mi lista de preferencias? — él se había acercado a ella y estaba dándole ligeros besos en sus hombros

- El día que te confirmaron nuestra primera cita, además de mi nombre ¿había alguna advertencia?

- ¿Advertencia? — se empezó a reír de nuevo

- Entonces sí, hago todo lo de tu lista — se vio en el espejo del baño, le gustaba el reflejo de los dos.

Él pareció notar lo que ella veía y deslizó una mano por su espalda pasando a través de sus nalgas para empezar a acariciarle su intimidad, ninguno de los dos despegó la mirada de la imagen cuando sus suspiros se empezaron a escuchar. Le separó las piernas y la hizo inclinarse sobre el mueble, penetrándola al tiempo que le levantaba la cabeza para que no se perdiera nada. Su tono de piel era diferente, él era un poco más blanco aunque empezaba a ver como el rojo por la excitación y la actividad física comenzaba a cubrirlo poco a poco. Él se detuvo en la mejor parte, pero antes que pudiera quejarse se sentó sobre el inodoro, haciendo que ella se acomodara encima, besándola mientras ella por su parte se movía para por fin llevarlos al primer orgasmo de la noche.

Club Tres (NejiTen)Where stories live. Discover now