Albus y Scorpius acababan de dejar la evidencia en la oficina de la directora, por lo que ahora solo les tocaba esperaba ver como resultaban las cosas. Potter quería que el profesor fuera despedido del colegio cuanto antes, pues sabía que no podría evitarlo demasiados días y de seguro, Grimassi volvería a insistir en retomar la conversación que habían sostenido hace poco en aquel despacho.
Pero ahora, había algo más importante, por lo menos para el rubio, y era saciar aquella necesidad que sentía devorar los labios de Albus y dejarle en claro en ese momento que nadie más podía ponerle las manos encima. Solo él, Scorpius Malfoy. Por ese motivo, Albus era arrastrado de la mano en dirección a unos de los baños del quinto piso del castillo, a los que nadie solía ir. Albus sabía perfectamente a qué iban, pues las intenciones del rubio eran demasiado evidentes, pero por supuesto, a Potter no le molestaba, de hecho, él también sentía la necesidad de sentir los labios de Scorpius sobre los suyos.
Una vez ahí dentro, con desesperación, Scorpius se apoderó de la boca de Albus, llevando una de sus manos hacia la cintura del azabache para atraerlo más hacia su cuerpo, mientras que la otra mano la dirigía hacia la mejilla de Albus para sostener mejor su rostro. Albus en tanto rodeó el cuello de Scorpius con sus brazos. A pasos torpes avanzaron un poco, hasta que el rubio pudo acorralar a Potter contra las frías cerámicas de aquel baño. Su lengua se movía con destreza dentro de la boca de Albus, quien apenas si podía seguirle el ritmo debido a la desesperación del otro. Cuando al aire comenzó a escasear Scorpius se separó de la boca del contrario para recuperar el aliento, pero solo unos pocos milímetros, para luego morder sensualmente el labio inferior de Albus.
El azabache deslizó sus manos a través de la camisa de Scorpius, haciendo estremecer al otro ante aquel contacto. Entonces, tras dirigir al rubio una mirada cargada de lascivia, comenzó a despojarlo de sus prendas superiores.
_ Pareces desesperado, Al..._ susurró en un tono seductor, con su boca cerca del cuello de Albus, para luego comenzar a besar y lamer aquella zona.
_ No más que tú _ respondió Albus, mientras desabotonaba la camisa de Scorpius tras haber lanzado la bata de este al suelo.
El rubio, comenzó a hacer exactamente lo mismo. Con algo de torpeza comenzó a quitar los botones de la camisa de Albus uno a uno, sin separar la boca de su cuello.
Albus en tanto, luego de dejar al descubierto el pecho de Scorpius, se dedicó a observarlo. No era la primera vez que lo veía, claro que no, pero no pudo obviar el hecho de lo tonificado y trabajado que encontraba en comparaciones a los años anteriores. Quizás era debido a los entrenamientos de Quidditch, o quizás a que su amigo había madurado sin que él no notara. Fuera lo que fuera, estaba agradecido.
_ No es necesario que solo mires, puedes tocarme también _ articuló Scorpius sonriendo con algo de socarronería tras notar la mirada que le dirigía el otro. Albus se mordió el labio inferior, y entonces, dirigió su mano hacia la entrepierna del rubio, provocando la sorpresa de este.
_ ¿Así? ¿Está bien si te toco ahí? _preguntó con falsa inocencia en su tono, mientras acariciaba el bulto que se asomaba a bajo la tela del pantalón.
Scorpius soltó un suspiro de placer al sentir aquel tacto por sobre la ropa. Pero entonces notó que Albus lo tenía donde lo quería, y el rubio no quería perder.
Con la camisa de Albus abierta de par en par, Scorpius dirigió su boca deseoso hacia el cuello del otro, tras haber admirado su delicado cuerpo durante unos segundos. Luego de besar aquella zona, comenzó a repartir sutiles mordiscos y más besos mientras descendía a través del pecho de Albus, para luego envolver con su lengua uno de los pezones de este, ante lo cual, un inevitable gemido escapó de la boca de Albus.
YOU ARE READING
Slytherin's Love (Scorbus)
FanfictionAlbus Severus Potter cursa su quinto año en Hogwarts junto a su mejor amigo Scorpius Malfoy. Las cosas parecían mejorar, salvo por el típico rechazo de algunos compañeros hacia ellos, pero nada fuera de lo común. Sin embargo, la llegada de un nuevo...