Encantador de serpientes

Fragging

Capítulo XXVII

Fragging

{O de cómo los lastres deben de ser eliminados}.

Cuando Harry terminó de contar lo acontecido en los últimos días, Tom rechistó antes de empezar a hablar:

—Harry, creo que tengo que mirar en esa mente tuya. Si puedo llegar hasta los cimientos de tu alma, será mejor.

—¿Estás insinuando que quieres utilizar legilimancia en mi ahijado? —Intervino Sirius—. Si lo haces mal podrías dañarlo. E incluso si eres un experto nadie me asegura que no vayas a usar lo que encuentres en su mente en su contra. —Alzó una ceja con disgusto, no estaba para nada encantado con lo que Tom proponía.

Tom y Harry se voltearon a ver, recordando la cantidad de veces que el menor estuvo cerca de la muerte por culpa de Riddle.

—Creo que ese barco zarpó hace mucho tiempo —comentó Harry—. Lamento decirte que, a estas alturas, es más factible que Tom quiera ayudarme sin obtener un beneficio inmediato.

—Eso no me tranquiliza —dijo Sirius.

—¿Por qué quieres esculcar mi mente? —preguntó Harry—. ¿Cómo lo harías? Nunca había escuchado sobre la legilimancia.

—Ni tendrías que haber necesitado escuchar sobre ella —respondió Tom con una mueca—. Es una rama de la magia oscura que se encarga de triturar la mente del objetivo hasta conocer cada uno de sus pensamientos y emociones. En muchos casos, dichos pensamientos están asociados con recuerdos, por lo tanto, es una forma muy útil de extraer información. El problema es que es invasivo y doloroso si no se tiene cuidado. No lo enseñan en Hogwarts ni se habla mucho sobre la legilimancia por su alto potencial militar. Tu vínculo con Voldemort puede funcionar como la legilimancia, ¿ves el peligro de la situación?

Harry frunció el ceño, no muy convencido de querer que alguien entrara en su cabeza con ese método.

—No te preocupes, soy muy hábil. En el pasado, practiqué mucho con los imbéciles que se metían en mi camino —dijo Tom con una sonrisa—. Lo haré fácil para ti. Mientras menos oposición pongas a mi intrusión, más fácil será, ni siquiera sentirás que estoy en tu mente.

—Sigo diciendo no —comentó Sirius—. ¿Por qué demonios lo necesitarías hacer? ¿Y por qué sabes usar legilimancia?

—Me parece que es el momento de que hable con tu padrino sobre la razón por la que me conoces y que aprendas el nombre del método que use para sobrevivir —respondió Tom, ignorando a Sirius y mirando a Harry.

Sirius no estaba enojado con los adolescentes por ignorarlo, pero lo que estaban implicando no le agradaba.

—¿Qué les parece si concretamos otra reunión? Necesitaremos veritaserum para que todo lo que salga de mi boca no sea nada más que la verdad. —Tom odiaba haber sugerido el uso del suero de la verdad, pero necesitaba que le creyeran en todo momento—. Black, tú lo puedes conseguir, ¿verdad?

—¿Es realmente necesario? —cuestionó Sirius.

—Lo es —confirmó Harry—. Y quizá deberías de conseguirte una poción para relajarte, ya que estamos en eso. No creo que vayas a estar muy feliz al final de la conversación.