𝐑𝐄𝐍𝐄𝐆𝐀𝐃𝐀 [sin editar]

[23] Amigos del pasado

Dos años después

Dos años y un poco más había pasado desde que se instalaron en esa aldea de renegados, en donde pudieron permanecer juntos como simples personas y ninjas normales, sin que se les marcaran que eran renegados o algún tipo de traidores, simplemente viéndolos como las buena gente que eran, permitiendo que ambos crecieran en diferentes niveles para adquirir nuevos sueños y ambiciones.

—Um, ¿amor? —pregunto en llamado una tímida Mina mientras ingresaba a la sala de estar de su casa.

Utakata levanto la vista del libro que leía.

—¿Hm?

—Ya han pasado tres meses desde que fuimos a Kusakagure, ¿vamos a ver a Mitzuki?

El chico se le quedo viendo un segundo antes de fruncir apenas el ceño y bajar la vista a la prominente panza de embarazada que lucía desde hacia un tiempo.

—Estaré bien, podemos ir despacio si eso te tranquiliza —añadió la femenina de inmediato ante el silencio de su pareja.

—Si viajáramos eso sería algo fuera de discusión —respondió inmediato, a lo que ella se contuvo de rodar los ojos—. Sabes que adoro a Mitzuki, pero ir así...

—Por favor, vamos, nada pasará, seremos cuidadosos como siempre —insistió poniendo ojitos y cara para convencerlo, algo que él sabía que no era difícil.

Con un suspiro, Utakata estiro una mano y ella la tomo dejando que tirara de esta y la acercara al sillón donde reposaba para dar un ligero beso sobre la panza de seis meses que aún tenía un poco más por crecer.

—Esta bien, pasado mañana iremos, ¿si? —pregunto mirándola a los ojos desde abajo, notando la gran sonrisa que ponía.

—¡Genial!, se va a poner contenta de vernos —aseguro moviéndose y sentándose sobre sus piernas, sintiendo como él la abrazaba.

Ambos no habían cambiado mucho, los rasgos esenciales seguían allí, solamente ahora llevaban rostros mas maduros en planificación de la vida de padres que tendrían en unos pocos meses, pero el amor y el cariño por el otro permanecía ahí firme como un sentimiento que nunca desaparecería a pesar de cualquier turbulencia o dificultad que se les pudiera presentar. Después de todo, ellos ya tenían sus batallas ganadas.

Cuando el día acordado de partir llego, Utakata se encargo de tomar el bolso donde llevaban los elementos justos y necesarios para ambos y juntos fueron a la entrada de la aldea, donde Kiyoshi se encontraba para controlar la salida.

—Tengan cuidado en el viaje —advirtió y pidió el hombre abriendo una de las puertas, viéndolos salir con un asentimiento.

Ya en el exterior, Mina se volteo a la aldea y activo su sharingan levantando dos dedos, viendo como su propio genjutsu generaba que todo el lugar desapareciera de la vista de los indeseados.

—Vamos —apuro Utakata.

Ambos comenzaron a correr de forma mas lenta de la normal para la seguridad de Mina y su bebe, pero aún así en tres días lograron llegar a Kusagakure sin ningún tipo de complicación para alivio de ambos. Arribaron a la noche e ingresaron a la aldea sin ser notados, yendo directamente al lugar de hospedaje de Mitzuki, la cual se encontraba atendiendo algunos clientes que le agradecieron tomando la llave que ella les entrego. Una vez que ellos se fueron, la pareja entro observándola anotar algo en su cuaderno aún sin ver a los nuevos.

—¿Hay habitación para nosotros? —pregunto la Uchiha parando frente al mostrados con una suave sonrisa.

Mitzuki reconoció la voz enseguida y levanto la cabeza abriendo los ojos en gran excitación y sorpresa.