Capítulo 5. Rescatando un poco de mi dignidad

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Al salir de mi casa Hades estaba parado en su coche, se veía molesto, no entendía por qué, yo debería ser la ofendida.

- Hola – me saludo, se veía guapo como siempre, solo que algo ojeroso y demacrado.

- Hola – respondí nerviosa - ¿te fue bien en la fiesta? –

- Lamento haberte fallado, sé que debí...

- no te preocupes – estaba pensando y seleccionando bien mis palabras – tome una decisión al respecto. Sé que no vas a cambiar, ni por mí, ni por nadie – realmente me dolía lo que tenía que decir, pero mi dignidad estaba de por medio, tenía que ir recuperándola poco a poco – Creo que debo dejar este tema en el olvido, no pasará nada entre nosotros, no porque tenga falta de interés, es por falta del tuyo, así que no te obligaré a nada, pero eso no significa que continuaremos como antes – estaba tomando fuerzas y coraje para decirlo. Mientras tanto él se mostraba molesto cada vez más – ya no será igual. Iré a un psicólogo, tomaré terapia para tener amor propio, tener mis decisiones sin pesar en ti antes que en mí...-

- ¡¿ME VAS A DEJAR?! ¡¿SERÁS IGUAL A TODAS?! ¡NO PUEDES HACER ESTO, TU NO!- gritaba en vez de hablar, se mostraba herido, no me imagino cómo se hubiera puesto si le hubiera hecho todo lo que él me hizo. De un momento a otro el comenzó a golpear su auto, azotaba su cabeza en el mismo, se rasguñaba el rostro, jalaba su cabello, mientras hablaba en susurros y en momento lanzaba gritos de coraje y desesperación. Sentí como me jalaba acercándome  a su rostro – lo prometiste – hablaba calmado, con los dientes apretados, se le saltaban las venas de su frente y cuello – dijiste que no me dejarías y así lo vas a cumplir – sus hermosos ojos cafés jamás me había parecido tan oscuros, a pesar de haberlo visto enojado otras veces o cuando se peleaba, su piel blanca y suave, ahora era roja y con algunas gotas de sangre. Los labios tan hermosos seguían igual, a pesar de tenerlos mordidos y con sangre, ¿en qué momento se hizo eso? No sé, pero daba miedo – querida Génesis cuando te dije que jamás ibas a estar sola, no era algo amistoso, era una advertencia. Ahora déjate de estupideces y sube al puto coche a nuestra cita. Olvidaremos este incidente junto con la puta con la que me acabo de acostar. No cambiare por ti, por el momento, debemos ser pacientes – me dio un beso en la frente mientras yo seguía en shock por lo que acababa de decir.

Sabía cómo era Hades, había convivido tres años con él, si aceptaba él se calmaría y todo sería normal, pero ya no podía seguir así, debía cambiar por mi bien.

- No Hades, ya no – decía esto en un susurro, mientras lo alejaba mirándolo a los ojos – no seré la misma de antes, ¿sabes por qué? – Reuní el coraje mientras algunas lágrimas salían - ¡PORQUE JUGASTE CON MI ILUSIÓN, CON EL AMOR QUE TE TENGO! ¡PORQUE TE ACOSTASTE CON UNA CHICA SABIENDO QUE YO TE ESPERABA! VETE A LA MIERDA...- a este punto me iba alejando de él para entrar a mi casa – te amo, pero me amaré primero.

Cuando entre a mi casa cerré la puerta de inmediato, era consciente de los ataques que tendría. Mis padres estaban en la cocina, iba caminando hacia ellos cuando escuche como pateaban la puerta, esto se había salido de control pero no podía detenerlo como siempre.

- ¡¿QUÉ LE PASA?! ¡ESE IDIOTA ROMPERÁ LA PUERTA! – gritaba mi papá mientras se dirigía a esta. Mi mamá se quedó conmigo, a mitad de camino.

- Mamá no quiero regresar a lo mismo, no quiero escuchar esto, me iré a mi cuarto, no llamen a la policía por favor, hablaré con sus padres para que vengan a recogerlo, el también necesita ayuda – hablaba entre sollozos. Ella solo asintió, cuando subí las escaleras pude ver como se dirigía a la puerta.

Al llegar a mi habitación lo primero que hice fue hablarle a la madre de Hades, la señora me agradeció y vinieron lo más rápido posible, no quise saber del tema por el momento, así que lo único que mencionaron mis padres, fue que hablaron con los padres del susodicho, acordaron que debía ir a terapia para manejar sus problemas mentales.

Y así en un fin de semana había cambiado mi vida, el primer amor no siempre es lindo, sobre todo si te falta amor propio. 

EL INFIERNO DE HADESWhere stories live. Discover now