(____) fue esclava largos años de su vida, obligada a consumir una fruta del diablo mientras yace como conejillo de indias en un laboratorio del Gobierno Mundial. Decidida a luchar por su vida decide planear su fuga, sin embargo, es atrapada nuevame...
Sentía un malestar en mi pecho, mi corazón se sentía muy pesado además de que mis latidos resonaban por todo mi cuerpo, siento un nudo en la garganta que me impide hablar y comer con facilidad, la partida de Ace me había quebrado por completo. Entiendo que haya decidido marcharse por su posición dentro de la tripulación de Shirohige como comandante de la 2da división, pero no puedo evitar sentirme afectada por su decisión sobre todo después de lo que hicimos. Me sentía un poco nefanda, una parte de mí se arrepentía por haber actuado de esa manera tan lasciva con Ace, además el recordar a Shanks me causaba un agonizante remordimiento.
Habían pasado varios días desde la partida de Ace, suficiente para tomar la decisión de marcharme para buscar a mi compañero y traerlo de regreso. Marco había averiguado acerca de la Fruta del Diablo que habría hecho perder los estribos a Teach, y resultaba ser lo suficiente amenazante para Ace.
Con la ayuda de Marco pude reunir los insumos suficientes para mi viaje, prioricé no llevar mucho equipaje pues a pesar de poder adoptar mi forma de dragón debía procurar llevar conmigo lo suficiente para poder sobrevivir en una o más islas sin adaptar dicha forma, debido a que al adaptarla inmediatamente atraería la atención de la Marina. Frascos y pociones con esencias herbales y recetarios ocupaban la mayor parte del espacio en mi mochila, pues la comida no importaba, Ace y yo habíamos practicado meses cómo sobrevivir únicamente a través de la caza.
- Ya está listo – dijo Marco – súbete, la barca la hemos construimos para ti. De Padre y nosotros, es un regalo... Aún no puede creer que Padre te permitiera hacer esto.
- Gracias Marco – respondí con un abrazo.
- Dime, ¿qué harás cuando lo encuentres? – cuestionó el pelirrubio con gesto de preocupación.
- Traerlo de regreso, sólo eso – un largo suspiro escapó de mí tras pronunciar lo último – Sé a que te refieres, sabes que no se lo perdonaré nunca. Me ha roto el corazón en mil pedazos.
- ¿Romperte el corazón? Creía que tu corazón estaba hecho de fuego. El fuego no se rompe, se extingue. Puedes volver a avivar esas llamas cuando quieras (____) – rio el pelirrubio acariciándome la cabeza – Eres joven, además tanto Ace como yo sabemos que antes de este idiota tu corazón pertenecía a otra persona. ¿Es que acaso a él tampoco lo has perdonado?
- ¿Shanks? No, no puedo verle después de lo que he hecho Marco, no podría mirarle a la cara – me llevé las manos al rostro escondiéndolo como si pudiese esconder mi vergüenza sólo con eso.
- (____), insisto, eres joven... Debes experimentar estas cosas, te hacen una mujer más grande y fuerte – puso su mano en mi espalda y me tomó una mano con fuerza – recuerda lo que Ace siempre nos dice; "Sin arrepentimientos" – sonrió – no te martirices, además ... apostaría lo que fuera a que Akagami Shanks también ha tenido sus experiencias.
- Sin arrepentimientos... - musité devolviéndole una sonrisa al pelirrubio – tienes razón. Espero verte pronto Marco.
- Y yo a ti, Escamitas – respondió ayudándome a desatar la soga que mantenía la barca unida al Moby Dick – Te extrañaremos, buen viaje.
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